Luego de que el precio del pan normado subiera 20 veces gracias a la implementación de la Tarea Ordenamiento (aunque no hubiera ninguna mejora en su calidad), medios oficiales cubanos han informado que casi el 15% de la población residente en Cienfuegos, Sancti Spíritus y Granma dejó de comprar su pan correspondiente por la libreta de abstecimiento. El porcentaje en este indicador en los territorios de Artemisa, Mayabeque, Villa Clara y Las Tunas es de un 8%, y en el resto de las provincias, osciló entre el 3 y el 4%.
Estas cifras significan un total de más de medio millón de habitantes que no adquirieron la unidad de pan que desde hace más de medio siglo le toca a cada cubano, dado el desequilibrado precio de un producto mal elaborado.
Los números oficiales indican que no compraron el pan 56 591 personas en Cienfuegos, 64 884 en Sancti Spíritus, 116 994 en Granma, 39 570 en Artemisa, 30 421 en Mayabeque, 64 284 en Villa Clara y 42 611 en Las Tunas.
Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior de Cuba, explicó que, efectivamente, el producto que se quedó de excedente en los puntos de venta evidencian la baja calidad de la elaboración (generalizada en toda la isla) y la deforme relación calidad/precio.
Es una realidad que la corrupción en Cuba es una práctica endémica e irreparable, pues es común que se robe todo lo que halla en los almacenes, panaderías y demás instalaciones de la industria alimentaria, pero otra realidad la constituye, y muchos directivos lo han admitido, que si no se cuenta con buena y suficiente materia prima, es imposible que el producto tenga la calidad necesaria.
A los centros de elaboración no les proporcionan suficiente aceite y la harina, que dicen ser «integral», parece más pienso animal que otra cosa. Este ingrediente no se sabe si se hace con trigo, yuca, boniato o malanga, pero a veces el producto termina siendo amarillo y con mal olor porque la harina llega con bichos.
Dos años más tarde y la calidad del «pan nuestro de cada día» no parece mejorar. Mientras, en el sur de la Florida se producen miles de libras al día del llamado pan cubano, dispuesto para transportar en un vistoso empaque de cartucho, con la marca de Cuban Bread.
Hasta Fidel Castro, en una visita que realizó a Estados Unidos en abril de 1959, comentó acerca del proyecto social que pretendía desarrollar: “Revolución cubana y humanista. Ni capitalismo ni comunismo. Libertad con pan, pan sin terror”.
Así, «sin terror», se despacha diariamente una especie de masa amorfa, que ahora cuesta 19 veces su precio original debido a la Tarea Ordenamiento, y que cumple de desayuno, merienda o almuerzo de una gran parte de la población cubana.


