Ahora que Cuba enfrenta un nuevo récord de casos positivos al virus de la COVID-19 cada día gracias a la ola más fuerte desde el inicio de la pandemia en territorio nacional en marzo, el gobierno cubano ha implantado este sábado nuevas medidas de carácter urgente y obligatorio para todos los cubanos para la prevención y control de la enfermedad. No obstante, de violarlas, se podría enfrentar altísimas multas y hasta penalizaciones judiciales.
Francisco Durán, director del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, se ha visto obligado a retomar sus comparecencias televisadas diarias para reportar día a día los casos confirmados con el virus en la isla, las que no se realizaban desde hace meses, cuando se pensó que Cuba estaba llevando un control efectivo de la enfermedad y estaba saliendo del bache.
Durán incitó a cumplir drásticamente con los protocolos sanitarios ahora recrudecidos: el distanciamiento físico, el uso obligatorio de mascarillas y la evasión de aglomeraciones, reuniones familiares y eventos festivos.
Pese a que los habaneros daban por hecho de que se anunciaría la interrupción total del transporte interprovincial y del urbano para comenzar con otro período de rígida cuarentena con toque de queda, solo se anunció el cierre del transporte entre provincias (a partir del martes próximo) y la suspensión del transporte público nocturno, lo que instaura un nuevo toque de queda (más o menos).
Estas nuevas regulaciones no son tan estrictas como las implantadas en el mes de septiembre (el más crítico de La Habana hasta diciembre), pero sin duda endurecen el protocolo que se llevaba ejerciendo en los últimos meses en la capital.
En esta jornada de sábado se reportó otro nuevo récord de contagios diarios, con más de 300 personas diagnosticadas por tercer día consecutivo (365, de hecho).
Durán, quien no sabe esconder (siquiera, disimular) su enojo, preocupación e irritación en televisión nacional, explicó que las medidas fiscales son necesarias para que todos acaten un protocolo que los vela.
Cuba suma un total de 14 mil 188 personas diagnosticadas con el virus desde marzo, y uno de los números más bajos de muertes por COVID-19 en el mundo, con 148 en total. Da una letalidad de 0.9 por ciento.
Las países con mayores sumas de fallecidos en Latinoamérica son Brasil (201 mil 460), México (132 mil 069) y Colombia (45 mil 431), según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
Del 1ro al 8 de enero de este 2021 se reportaron 1 767 nuevos casos en Cuba, una cifra que sin dudas superará a la del mes de diciembre (3 675).
Durán se mostró muy molesto (y con razón) al anunciar que el 90% de los casos hallados desde finales de diciembre en el país han sido contagiados por viajeros internacionales que importan la enfermedad, por lo que son resultado de violaciones del protocolo obligatorio de control de la COVID-19.
Además de las restricciones del transporte, ya se habían anunciado e implementado las limitaciones a los vuelos internacionales que llegan y salen de la isla, junto al requisito indispensable para los viajeros de presentar un examen PCR con resultado negativo realizado con 72 horas de antelación al arribo.
La grave situación económica que acaece sobre el país dificultará grandemente el correcto cumplimiento de los protocolos sanitarios.
