Analistas temen que la nueva tasa cambiaria fija entre el Peso Cubano (CUP) y el Dólar Estadounidense (USD) de 24×1 establecida por el Estado cubano no sea verdaderamente factible en la práctica.
Especialistas alegan que debió establecerse un valor de partida más alto, dada la precariedad que refleja la situación económica actual de Cuba, para poder corregir y disminuir ese importe directamente proporcional a la gradualidad de recuperación de las condiciones financieras nacionales. Algunos de ellos piensan que, tarde o temprano, se tendrá que readaptar la tasa cambiaria dado que el CUC está sobrevaluado.
La tasa de cambio en la calle mantiene una predisposición a ascender (donde ya el USD se valora entre 35 y 45 CUP), por lo que se prevé que ese mercado informal dicte en el futuro la tasa definitiva real. La demanda de dólares de los cubanos es y seguirá siendo muy superior a la oferta, por lo que las personas que necesiten divisas extranjeras para viajar o abastecerse en tiendas en MLC se ven obligadas a recurrir al mercado «por la izquierda» para adquirirlas.
Existe poca confianza en el CUP, y cuando el mercado oficial no es capaz de suministrar toda la divisa demandada, surge un mercado paralelo donde todo se cotiza a un mayor valor; entonces la tasa oficial no se reconoce como una tasa real ni aplicada. Aunque todavía es incierto el hecho de cómo se producirá ese reajuste a la tasa cambiaria, todo parece indicar que responderá al mercado informal.
En caso de que no sean eficientes ninguna de las reformas a la tasa de cambio, se podría llegar a una situación crítica como la que se vivió en los años 90, cuando el USD se cotizó hasta en 160 CUP. Se ha demostrado que cada vez que el Gobierno topa los precios en el mercado oficial, el informal se hace incontrolable.
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