La falta de acción y las prórrogas que el gobierno cubano ha venido dando a Moscú han provocado que la Comisión Intergubernamental Ruso-Cubana de Comercio, Cooperación Económica, Científica y Técnica pusiera fin a un conjunto de proyectos que se iban a emprender en colaboración estrecha entre ambas naciones. El secretario ejecutivo de dicho comité, Oleg Kucheriáviy, declaró que en la actualizan se están desarrollando 10 de 60 proyectos en plan.
«La lista de documentos, incluidos los del ámbito crediticio y financiero, no estaba preparada por culpa de la parte cubana», alegó el funcionario a la agencia rusa Sputnik.
El viceprimer ministro cubano, Ricardo Cabrisas, se refirió en septiembre pasado que, debido al bloqueo económico sobre la isla y el impacto del COVID-19, el gobierno de Cuba «tenía problemas» para continuar el convenio con Rusia.
«Debido a esta situación y de acuerdo con las regulaciones y mecanismos existentes, prácticamente está paralizado todo nuestro intercambio, nuestro comercio», dijo Cabrisas a la agencia EFE.
Los albores de 2020 vieron el acuerdo ruso – cubano, que consiste en préstamos de 1.000 millones de euros para el desarrollo de proyectos conjuntos para contribuir al perfeccionamiento de la infraestructura de la industria ferroviaria del país.
Andréi Guskov, el embajador ruso en La Habana, destacó: «Este contrato es el mayor jamás firmado con Cuba en la historia de la Rusia moderna. Se trata de un megaproyecto de infraestructuras que tiene una gran importancia no solo económica, sino también social para Cuba».
Otros proyectos planificados incluyen la modernización de la Empresa Siderúrgica José Martí, la entrega de trenes de la mano de la empresa Sinara Transport Machines y la instauración de plantas de ensamblaje del Grupo GAZ, así como la renovación de diez nuevas unidades en centrales térmicas y la restauración de fábricas textiles cubanas.
A pesar de lo mencionado, el vicejefe del Servicio Federal ruso para la Cooperación Técnico-Militar, Anatoli Punchuk, aseguró un donativo para la renovación de las empresas militares de Cuba, que forma parte de una colaboración técnico-militar instaurada en 2006.
«El acuerdo de crédito fue firmado y ya superó todos los procedimientos internos de la parte rusa. El dinero debe ser utilizado para adquirir equipamiento militar ruso», señaló Dimitri Shugáev, director del Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar.
