Un sismo de magnitud 4.2 en la escala de Richter sacudió hace unos minutos el occidente de Cuba, y el temblor fue perceptible en las provincias de Artemisa y Pinar del Río. De momento no se registran daños materiales ni se tiene que lamentar la perdida de vidas humanas ni heridos.
De acuerdo a la información del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) de Cuba, este movimiento telúrico tuvo lugar a las 15:49 (hora local), y tuvo su epicentro a 116 kilómetros al noroeste de la occidental provincia de Artemisa.
Sin embargo, la mayor cantidad de reportes de perceptibilidad se produjeron en la provincia de Pinar del Río, cuyo residentes han reaccionado en las redes sociales a lo ocurrido.
Según comunicaciones que hemos tenido con habitantes del territorio más occidental de Cuba, el temblor se sintió muy fuerte y en algunos hogares la calma habitual en estos días de pandemia vino a romperse al ver como los muebles y las camas se movían, incluso con personas encima.
Algunos advierten que llegaron a sentir un sonido extraño, como una queja de la tierra, mientras otros la definieron como una explosión bajo la corteza terrestre.
«Se sintió bien fuerte. Se movieron las camas, las paredes los muebles y sillones con la gente encima. Hasta una explosión lejana creí escuchar o sentir. Vivo en tercer piso y todo se estremeció, los adornos estuvieron a punto de caer. Todo el mundo esta alarmado y saliendo a la carretera», escribió una internauta pinareña en el muro de Facebook del periódico Guerrillero, diario local de esa provincia.
Desde la tarde del domingo 17 hasta el lunes 18 se registraron 112 sismos, en la zona de Pilón-Chivirico en la costa sur de las provincias Granma y Santiago de Cuba, el principal con 4.6 de magnitud en la escala de Richter y el resto réplicas de las cuales 20 fueron mayores de 3.0.
Aunque no se reportan daños materiales ni humanos, se mantiene un monitoreo permanente de la situación para evaluar la dinámica de su desarrollo.
Según reportes del servicio sismológico es una actividad anómala, aunque típica de esa zona, donde se perciben con frecuencia series o enjambres de terremotos, pero en este caso no se destaca ningún sismo fuerte.
La situación no es alarmante, pero se mantiene la vigilancia de los especialistas del Cenais.


