Emplazado en el Consejo Popular El Caney, en la oriental provincia de Santiago de Cuba, se encuentra al 85% la ejecución de un hospital de campaña que contará con la capacidad de 300 camas para pacientes con coronavirus.
De acuerdo a algunas fuentes, el mismo se construye como parte de un plan de acción para hacer frente al brote de COVID-19, y funcionaría como un centro de aislamiento para evitar que la enfermedad se propague.
Actualmente se trabaja en el suministro de agua del citado centro de salud y en el sistema de tratamiento de residuales. Además, el centro recibe visitas sistemáticas por parte del Gobierno para evaluar el avance de la obra ante la necesidad de contar con estas camas en caso que COVID-19 llegara a afectar a la urbe.
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En estos momentos Santiago de Cuba cuenta con tres hospitales listos para una posible propagación. A su vez, en todos los centros asistenciales se están tomando medidas como la creación de consultas específicas y cuerpos de guardia.
Según se ha podido conocer, la instalación quedará inaugurada a finales del mes en curso.
Aun cuando el pasado sábado el Consejo Provincial de Defensa tomo la decisión de cerrar todos los centros estatales o privados que no estén vinculados a la venta de alimentos o de aseo personal, las personas en la calle no tienen una verdadera percepción de lo que es el aislamiento social.
“Temprano en la mañana ves personas en la calle como si nada. En algunas calles no tan transitadas puede que percibas menos gente, pero en las avenidas principales es como un día normal natural”, asegura muy preocupada una profesora de la universidad.
“Todo es cola. Las tiendas están llenas de personas haciendo cola. A veces te topas personas que temprano en la mañana marcan en una tienda con la esperanza que saquen pollo. Cuando avanza el día y llega las 11 de la mañana, por ejemplo, es que vuelven a sus casas porque ven que el camión con el pollo no llega. Así no se vence la batalla contra el coronavirus maldito ese, así no se puede”, asegura.
