El Gobierno cubano cerró fronteras, negocios, restaurantes y bares, pero advirtió que no se cerrarán las escuelas, asegurando que los alumnos donde más protegidos están ante el contagio del coronavirus es en sus aulas ya que sino serían más de un millón de estudiantes «jugando en las calles».
Así lo dejó claro anoche el Primer Ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, quien repitió que la decisión del Gobierno de no cerrar las escuela se mantendrá vigente hasta que la situación epidémica lo requiera.
«A nosotros se nos ha cuestionado sobre por qué no estamos cerrando las escuelas y nos hemos preguntado: ¿dónde estarán más seguros nuestros niños hoy si no es en una escuela?», dijo Marrero Cruz en su intervención anoche en un espacio informativo especial transmitido por la Televisión Cubana sobre la pandemia del coronavirus en Cuba.
Además, aseveró que el Ministerio de Educación no se ha mantenido con los «brazos cruzados» y que desde el minuto cero se reforzaron todas las medidas de higiene en los centros educativos del país.
«Con la suspensión de las clases solo pondremos en riesgo el actual curso escolar y la salud de más de un millón de estudiantes, que no se quedarán en casa y correrán el riesgo saliendo a jugar a las calles», alertó.
El Primer Ministro aclaró que de momento la decisión es que no se cierre ninguna escuela, sin importar el nivel de enseñanza, a pesar de anunciarse el cierre inmediato de espacios como bares, campismos, discotecas, parques temáticos y ferias agropecuarias.
La información sobre no cerrar las escuela ya había sido confirmada esta semana en varias ocasiones por la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, quien aseguró que el Gobierno no iba ni a valorar la decisión de cerrar los centros educativos como medida de contención contra el coronavirus.
«En Cuba jamás hemos cerrado una escuela, a pesar de las numerosas epidemias, causales o premeditas, que han fustigado nuestro país», advirtió la titular de Educación en la Isla.
Las famosas medidas de higiene de las que hacen alarde las autoridades educativas no pasan de poner en cada escuela varios pomos con una solución clorada para lavarse las manos tanto estudiantes y profesores. Incluso, la escasez de aseo es tal que la directora de Actividades Educativas Especializadas en el Ministerio de Educación, Yanira Gómez Delgado, pidió en una entrevista ante la prensa nacional que los padres entregaran a cada niño «un pedacito de jabón para lavarse las manos en las escuelas, sin que ello suponga una carga excesiva para los gastos familiares».
Sin embargo, causa curiosidad y molestia que la Escuela Internacional de La Habana, donde estudian los hijos de diplomáticos, corresponsales y empresarios extranjeros residentes en la capital cubana, si anunciara a comienzos de semana la suspensión de todas sus clases hasta nuevo aviso.
La decisión de no cerrar las escuela está siendo muy criticada en las redes sociales, pues es una de las primeras medidas que han tomado todos los países que actualmente enfrentan esta pandemia que ha dejado más de 11 mil muertos en todo el mundo.
Ojalá y la decisión no llegue cuando ya sea demasiado tarde, como muchos están asegurando que se hizo con decretar el cierre parcial de fronteras desde el próximo martes y solo permitir el ingreso al país de cubanos o extranjeros residentes en el territorio nacional.





