El Gobierno cubano reconoció que no tiene combustible para hacer frente al suministro eléctrico del país, pero el presidente Miguel Díaz-Canel quiere que los cubanos no pasen calor ni les falte el entretenimiento porque hoy ha llamado a producir en el país «radios, teléfonos celulares, televisores y ventiladores» para venderle a la población.
En la reunión de balance del Ministerio de Industrias (MINDUS), el mandatario recalcó en la necesidad de dar respuesta a todo lo posible mediante la producción nacional y no vivir atados a una mentalidad importadora.
“No hay nada que lacere y atrase más que la mentalidad importadora, porque genera dependencia, acomodamiento y así no hay desarrollo”; “Tenemos que potenciar la industria textil y la del calzado”, destacó el presidente.
Según estadísticas oficiales, los ingresos del MINDUS, creado para rehabilitar y desarrollar la deteriorada industria cubana en las ramas sidero-mecánica, de envases y embalajes, electrónica y del reciclaje, entre otras, solamente alcanzaron el 87% de lo planificado.
La sobreexplotación de las industrias cubanas hace que muchas veces no se puedan alcanzar los compromisos. La falta de piezas de repuesto para remendar viejas máquinas, unido a la falta de combustible que afecta diversos sectores del país, hacen que la producción de todo tipo de artículos sea muchas veces insuficiente.
Sin embargo, el primer ministro cubano, Manuel Marrero, aseguró que actualmente en la Isla se pueden fabricar un gran número de artículos que se compran en el exterior, como los splits y aires acondicionados.
Justamente los citados equipos, junto a las llamadas motorinas y a los freezer, son unos de los productos más demandados en las nuevas tiendas en divisas inaugurados a finales del año pasado.
Acerca de la posibilidad de suplir esas carencias con productos nacionales, el primer ministro Manuel Marrero Cruz habló de realizar un levantamiento de todas las mercancías que se importan, así como de las posibilidades de la industria cubana de producirlos.
A su vez, el funcionario reconoció que el mercado cubano no tiene mucha confianza en la industria nacional y de la calidad de sus productos.


