Autoridades cubanas indicaron que se encuentran evaluando la eliminación de algunas cooperativas agropecuarias y la fusión de otras, debido a la improductividad que han demostrado estas formas de gestión y a las deficiencias detectadas por expertos del Ministerio de la Agricultura (MINAG).
El Gobierno cubano ha detectado que un elevado número de esas estructuras productivas permanecen con una situación económica desfavorable, haciendo un uso ineficiente de la tierra asignada, sin insertación en cadenas productivas y mantiendo una inestabilidad en el personal de dirección.
El director de la Escuela Ramal del MINAG, Dr.C. Alcides López Labrada, alegó en su informe que estas formas de producción no gozan de suficiente autonomía, y que existen demasiados vacíos y contradicciones legales sobre su interacción con los actores económicos del entorno, además de que su funcionamiento aún no cuenta con suficiente formación y desarrollo.
El estudio analizó a 17 instituciones, por lo que además de proponer su disolución y fusión, se propuso crear un Instituto de fomento y desarrollo cooperativo y fortalecer la legislación vigente.
El resultado de la unión de varias de estas entidades se llamará «cooperativa de segundo grado».
El Dr. Jesús Cruz Reyes, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, afirmó que estas nuevas formas de gestión podrán brindar servicios a otras cooperativas, además de fortalecer la colaboración con las autoridades y organizaciones locales, y mejorar las condiciones de vida de los involucrados, puesto que harán mejor uso de los recursos y de las potencialidades que las entidades existentes no han sabido aprovechar.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de Cuba, estuvo de acuerdo con la propuesta y la tildó como necesaria.
La prensa del Estado explicó que las bases productivas van a tener la oportunidad de analizar las propuestas, previo a que el documento final se evalúe en las máximas instancias gubernamentales y del partido.
En la isla existían, según los datos oficiales de 2019, 1.494 Unidades Básicas de Producción Cooperativa, 880 Cooperativas de Producción Agropecuaria, 1.327 Cooperativas de Créditos y Servicios, 275.767 usufructuario y 29.954 campesinos privados.
Desde entonces, el economista Armando Nova advirtió el destino que podrían llegar a tener estas formas de gestión para la agricultura nacional tomando en consideración un conjunto de deficiencias, destacándose que las relaciones con las cooperativas fueran completamente dictadas por el Ministerio de la Agricultura y sus empresas subordinadas.
Nova propuso, en una análisis que luego publicó el medio IPS, que el Gobierno cubano optara por lo siguiente:
- Propiciar el intercambio y desarrollo entre las diferentes cooperativas, de acuerdo a su especialidad (agrícolas, No agropecuarias y otras). Apoyo y asistencia a las mismas.
- Sería aconsejable contactar y participar en la Alianza Cooperativa internacional (ACI). Esto permitiría llevar la experiencia cooperativa en nuestro país, e intercambiar con de otros países.
- A partir de ahí nutrir a los cooperativistas cubanos de otras experiencias y tecnología aplicadas, que propicien el desarrollo de las fuerzas productivas.
- La formación de un Consejo Nacional de Cooperativas, integrado por la ANAP como representante del cooperativismo agropecuario, y del privado, en defensa de sus intereses económicos-sociales-políticos.
