Este lunes vimos un cartel a la entrada de un edificio de más de diez pisos en la Habana, «Hay problemas de agua», este fue motivo de burlas en el día que se junta la falta de suministros y las bajas temperaturas «Al menos tenemos justificación para no bañarnos» se mofaba un vecino.
«La gente se pone lo que tiene encima, hasta que una señora con una toalla envuelta en los hombros estaba en la cola» «Esto parece un festival de trapos» comentó al portal 14yMedio una residente del municipio Centro Habana.
Abrigos de la época de la URSS se alternan con ropa de invierno de las que entran a la isla los llamados Mulos.
«Este impermeable me lo dieron cuando trabajaba en el petróleo y me gané un viaje a Alemania» nos cuenta un anciano en la cola para el cajero automático, donde se hace muy fácil diferenciar jubilados y personas con altos recursos.
Quienes han tenido la oportunidad de viajar o tienen familia en el extranjero aprovechan las temperaturas bajas para lucir la ropa de invierno, oportunidad de hacer notar su estatus social.
La madrugada tuvo el récord de temperaturas según los expertos, 3° en Bainoa a las 4 am, visto sólo en enero del 1988 según Elier Pila Fariñas, meteorólogo , agregando que «hasta las 4 am 30 estaciones de 78 tienen temperaturas inferiores a los 10°».
En el país las bajas temperaturas no impidieron las largas colas para comprar alimentos, incluso en las zonas aledañas al malecón, donde el frío fusionado a la brisa del mar y la humedad son bien difíciles de aguantar.
Los que aguantaron el frío pasaron más de 3 horas en una cola, como en el mercado en moneda nacional dentro de Galerías Paseo. Donde muchos para quitarse el frío improvisaban ejercicios físicos como pequeños trotes por el centro.
En los escasos ómnibus urbanos no se sentía tanto el frío pues los pasajeros iban apretados como de costumbre , algo que no se ha podido erradicar ni con las medidas de distanciamiento por la Covid-19, aún cuando las cifras por contagio están casi en los 3000 nuevos casos.
«Con este frío no se puede trabajar, y el abrigo que yo tengo es para una tarde fresca, no para esta temperatura» «Sopa caliente, chocolate con leche, una buena colcha es lo que se necesita» murmuraba un trabajador de la empresa eléctrica que se dirigía al vedado para reparar una rotura en un transformador.
En los parques los bancos donde de costumbre duermen personas sin hogar, amanecieron vacíos, al igual que portales y huecos de escaleras. ¿Qué hicieron, a dónde fueron? No sabemos.
En la parroquia El Salvador del Mundo, en el Cerro, varios vecinos repartieron un caldo caliente y algo de pan a los ancianos que viven solos. Los animalistas hicieron un llamado para cobijar perros y gatos callejeros.
«En mi casa todo el mundo durmió forrado hasta los dientes» expresa en 14yMedio una residente de la zona de los Palacios, en Pinar del Río, una región conocida por las bajas temperaturas .
«Tuvimos que hacerlo así porque las maderas de las paredes están muy malas y lo que se cuela por las rendijas es mucho». La familia extremó las medidas hasta con sus animales «Metimos a todas las gallinas dentro de la casa porque no nos podemos permitir que se nos mueran fuera», refiere. «Lo malo es que no hemos podido hacer un ajiaco, como hacíamos antes, porque nos faltan las viandas. Así que estamos con agua con azúcar recalentada y café».
