El periódico oficialista provincial espirituano Escambray reportó que una planta invasora ha dañado significativa los cultivos de caña del territorio central cubano, descomponiendo varias decenas de hectáreas de los cañaverales y obstaculizando las labores de mecanización.
Esta noticia arribó cuando Cuba lleva a cabo una de las peores zafras azucareras de su historia. El algarrobo indio llegó a coronar la dura crisis que atraviesa una de las otrora industrias más prósperas de la ínsula caribeña.
La invasión del llamado «palo blanco» no ha sido casualidad ni resultado de causas naturales, pues esta plaga llegó a Cuba y se propagó por irresponsabilidad de los agricultores y dirigentes encargados (como ha sucedido con otras situaciones similares en la historia de los mandatos castristas).
El mismo medio estatal reconoció que el algarrobo indio fue sembrado a principios de la década de los 2000 cuando el Gobierno cubano impulsó la siembra de áreas boscosas en terrenos entonces inutilizados y en los espacios colindantes con la Autopista Nacional, plantando así una especie dañina sin conocer suficiente sobre la misma.
La capacidad de germinación de la también conocida como Albizia procera es muy veloz, debido al traslado de sus semillas con el viento. Los municipios de Sancti Spíritus, Jatibonico y Taguasco fueron los primeros en mostrar preocupantes avances de esta plaga en sus cañaverales, ocupando parcelas vacías donde no se ha podido proceder a cultivar.
La empresa estatal Azcuba reportó que los troncos de este árbol destrozaron 66 neumáticos de cosechadoras en la última zafra. Una fuente en la entidad admitió: «El daño que ha causado al corte de base de la combinada es tremendo, los acaba, también a las gomas. Tiempo atrás se controlaba la planta con un herbicida, pero no ha entrado más por la limitaciones del país, y en muchas zonas esa planta se ha adueñado de los cañaverales».
La más reciente campaña azucarera cubana logró una producción de 792,000 toneladas de azúcar sin refinar (el 66% del plan previsto).
Otras cuestiones que han retrasado o imposibilitado el desarrollo de la actual campaña son la escasez de caña, las reparaciones retrasadas de molinos, y la falta de neumáticos, de baterías y de combustible para transportar el producto, de acuerdo con reportes de medios de prensa oficiales.
