El gerente general de la financiera militar cubana Fincimex, Yamil Hernández González, explicó en un programa televisivo de 20 minutos dedicado al tema del envío de remesas a Cuba, que han emanado numerosos canales irregulares para este tipo de transacciones, tras el cese de operaciones de la multinacional Western Union en la isla.
El directivo contó que desde entonces, «la familia cubana que recibe remesas desde los Estados Unidos se ha visto imposibilitada de acceder a un servicio esencial en un momento complejo», por lo que argumentó que las de su tipo «han tenido que acudir entonces a canales informales, con un costo elevado».
Agregó: «Más de un 30% del monto transferido, lo que está por encima de la mayoría de los corredores en el mundo».
Una cubana entrevistada aseguró: «Hoy mi familia por cada 100 dólares que me quiere enviar tiene que pagar 140 dólares».
El funcionario alegó que estas vías cuentan con una «inseguridad total». Encima, aseguró que el Gobierno de la isla se ha hecho con «evidencia de extorsiones a más de una familia que confiaron en una determinada vía informal de entrega y que no se lo entregaron».
La máxima autoridad de Fincimex, única empresa estatal cubana designada para realizar estas operaciones, consideró que el Gobierno norteamericano nunca ha pretendido empoderar al pueblo cubano con estas medidas y restricciones.
Aseveró: «Caundo cortas las remesas, los viajes, tú no estás empoderando».
Sobre la acusación estadounidense de que el régimen cubano se queda con parte del dinero de las remesas enviadas, Hernández comentó: «Es otra gran mentira que nos quedamos con el 40% de las remesas. Fincimex como representante en Cuba de Western Union no intermediaba en el precio del envío de las remesas. Lo determinaba Western Union. Fincimex pagaba exactamente lo que el remitente pagaba a Western Union».
Insistió en que no se hubieran mantenido relaciones comerciales por 22 años si se hubieran dado robos.
No obstante, en el programa no se abordaron los constantes y molestos retrasos en los depósitos de dinero procedentes desde todas partes del mundo en Cuba, además de los problemas con las plataformas online de transacción. La comunicación institucional hacia los clientes ha sido muy deficiente.
