Este octubre, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja pasó a engrosar la lista de diputados al incorporarse al Parlamento en una ceremonia en Remedios, municipio de Villa Clara. El ex yerno de Raúl Castro y funcionario a cargo del conglomerado militar GAESA fue elegido gracias al 98,5% de los votos emitidos por los delegados, entrando en sustitución del fallecido Antonio Pérez Santos.
La llegada al Buró Político del militar nacido en 1960 sucedió meses antes, durante el Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). El ascenso del general a posiciones directamente relacionadas con el poder político había sido previsto por los analistas desde hacía años. Al menos de manera formal y pública, se trata de la presencia más cercana de algún miembro del clan familiar en la cima del PCC.
Hasta ese momento, el militar era un hombre de perfil discreto, que había logrado mantener su nombre y sus operaciones en la sombra pese a su estatus de miembro del Comité Central del Partido y presidente ejecutivo del poderosísimo Grupo de Administración Empresarial, S. A. (GAESA).
En cambio, el Gobierno de Estados Unidos sí había reparado en él, cuando en septiembre de 2020 lo incorporó a la lista de sancionados de la Oficina de Control de Activos Extranjeros. En esta relación están incluidas personas y organizaciones con las que los ciudadanos norteamericanos y residentes permanentes tienen prohibido hacer negocios.
La medida, además, congela las cuentas del individuo en el país, de tenerlas. Ser el presidente de GAESA lo ha convertido en la cabeza de la economía cubana, teniendo bajo control militar tiendas en divisas, hoteles, inversiones inmobiliarias, empresas constructoras, servicios portuarios, agencias de envío de remesas y de cambio de monedas, servicios aduanales y comercio electrónico.
Sin embargo, su reciente irrupción en el escenario político ha sido interpretada por algunos expertos como una jugada maestra de Raúl Castro. Esta teoría sugiere que Manuel Marrero, actual primer ministro, podría ascender en sustitución de Miguel Díaz-Canel a la presidencia del país, y ello dejaría a López-Calleja el camino libre para ocupar el cargo de Marrero. Se ve, entonces, a Díaz-Canel como un político quemado que deberá ser sustituido muy pronto; a López-Calleja como alguien que ya supera la edad máxima para un presidente en la isla, por lo que el puesto de primer ministro le viene como anillo al dedo; y a Marrero como un hombre del Turismo (muy vinculado a GAESA), por tanto, un presidente estratégico.


