Los famosos turrones navideños, importados desde España, eran punto fijo en las mesas de las familias cubanas en las fechas próximas a fin de año, único elemento no nativo de la isla que tenía protagonismo dentro de estas celebraciones.
Las famosas barras de Jijona, Alicante o yema no aparecieron en la despensa hogareña de Dunia María hasta los años 1990, cuando el Período Especial en la isla arrasó con la economía nacional. Una treintena de años más tarde, la hiperinflación ha logrado que desaparezcan totalmente del panorama.
La mujer se quejó: «No han vendido turrones en las tiendas en pesos cubanos. Una amiga me avisó que estaban sacando de poquito en poquito en algunas tiendas en divisas, pero yo no tengo tarjeta de MLC (moneda libremente convertible), así que ni soñarlo».
Como la religión fue prácticamente vetada cuando Fidel Castro declaró que el país sería laico, los festejos navideños y los pertinentes productos asociados quedaron anulados en la isla. Tanto las uvas como la sidra y los turrones fueron acuñados como símbolos de una burguesía que había sido «erradicada» del país (aunque las altas castas revolucionarias sí pudieran contar con ellos).
Dunia María lamentó: «Hasta los arbolitos desaparecieron de las salas de las casas, pero la gente siguió contando historias y la preferida de mi abuela tenía que ver con los turrones».
La cubana se ha sentido completamente abrumada por la preocupante pérdida de poder adquisitivo de la población, pues esta cobra en una moneda que se halla inmersa en una devaluación progresiva. Manifestó: «Cobro cada mes entre 4.300 y 4.700 pesos en mi puesto en una dependencia de Aguas de La Habana».
Esos productos solo se pueden hallar en el mercado informal, donde cada barra podría superar los 85 pesos u ofertarse directamente en dólares.
Sin embargo, una trabajadora de la habanera tienda en MLC de Boyeros y Camagüey aseguró: «No hay turrones».
En las afueras del centro comercial, una joven aprovechaba la amplia demanda de estos dulces para vender turrones de Alicante, Jijona y yema, mazapán y frutas confitadas a 400 pesos cada uno.
Mientras, las tiendas online dedicadas a hacer envíos de alimentos a Cuba con pagos desde el extranjero vendían combos de una botella de sidra, 3 turrones navideños y un pavo listo para asar, por el ‘módico’ precio de 120 dólares. Ofrecían también la opción de comprar los turrones por separado, a 10,83 dólares cada uno (casi el triple de su precio en las tiendas en MLC).
Ni siquiera los turrones ‘made in Cuba’ (con ingredientes diferentes a la receta original) se han salvado de esta severa inflación, con precios de entre 50 y 70 pesos.


