InicioActualidadOrdenamiento.... el desastre en que el Gobierno cubano sumió a la población

Ordenamiento…. el desastre en que el Gobierno cubano sumió a la población

El oficialismo cubano se ha dedicado en estas últimas semanas de diciembre a reconocer/justificar los efectos negativos de la implementación de la estatal Tarea Ordenamiento, como cierre para este fatídico año. Las sesiones de rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) han sido la ocasión requerida para reconocer todos los males que sufre la isla, pero siempre responsabilizando a terceros agentes supuestamente implicados.

Por supuesto, las muchas deficiencias de la casta dirigente para ejecutar una ambiciosa reforma económica (que llevaba casi una década en proceso de planificación) justamente cuando el país se enfrentaba a un agravamiento significativo de su situación económica general, debido a la influencia de la pandemia del coronavirus sobre el sector turístico cubano y demás pilares socioeconómicos. Tras insistir en la promesa de 60 años de vigencia de llevar a la isla a la abundancia y a la prosperidad, el régimen castrista ha logrado totalmente lo contrario: destruir la floreciente economía que la Cuba de 1958 ostentaba.

Una sospecha generalizada entre los cubanos es que la aplicación del “reordenamiento” no fue producto de un error o de una decisión “de corre-corre”,  sino que constituyó una vil y calculada estrategia para reducir a los mínimos niveles los salarios reales de la población, con tal de normalizar en el país un estado de mera supervivencia para sus ciudadanos.

La administración comunista dictatorial consiguió disminuir drásticamente la autosustentabilidad nacional, ganándose además una fama mundial de moroso irremediable ante créditos y financiación extranjeros y de sistema incapaz de hacerse debidamente responsable por la inversión foránea.

La hiperinflación parcialmente causada por la implantación de la Tarea Ordenamiento ha sido, a su vez, provocada por la eliminación de la dualidad monetaria. La erradicación de la segunda moneda no hubiera hecho falta si los mismos comunistas no la hubieran creado desde el principio, como parte de un ilógico plan para sustentar a la isla con falsos dólares.

La reforma causó un aumento súbito de todos los precios de los productos y servicios básicos y no tan básicos, multiplicándose por 5 y hasta por 10 veces su valor.

En Cuba no se habla en términos del “capitalismo salvaje” y de sus “terapias de choque” de carácter “neoliberal”, sino de “errores” en su aplicación. Ejemplo de ello fue la eliminación de la dualidad monetaria, excusa para implantar la “Tarea”, que se mantuvo finalmente a través de la creación de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC).

Y es que todas las culpas van a caer al Marino Murillo Jorge, jefe de la ya extinta Comisión Permanente, que acarrea con la responsabilidad de ser el principal diseñador de las políticas antipopulares, pero para nada es el único culpable.

Toda la cúpula dirigente, sobre todo el titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, insisten en echar el peso sobre los ya hundidos hombros del actual presidente del grupo empresarial estatal TABACUBA.


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