La transportación interprovincial en Cuba fue reanudada el pasado 1ro de noviembre, tras varios meses de total interrupción a causa de la pandemia del coronavirus.
Semanas después, las oficinas de venta de pasajes continúan abarrotadas por viajeros. La mayoría de ellos ha tenido que resignarse y aceptar que no verá a sus familiares en estas Navidades porque ya todas las capacidades para diciembre están completas.
Una trabajadora de la sucursal de venta de billetes de la estatal Viajero en el municipio Habana del Este comentó: «La Policía ha tenido que desalojar a la gente que venía con cartones y sábanas, y armaban sus camastros fuera de la agencia. La calle lucía muy deprimente».
Luis Ladrón de Guevara Marzal, director de Transportación de Pasajeros del Ministerio de Transporte, había anunciado desde el pasado octubre que esta situación se daría, pues la reapertura del servicio, gradual y escalonada, no lograría satisfacer la totalidad de la demanda poblacional en un principio.
El funcionario no aclaró en aquel momento sobre el período de tiempo en que se podría ver un incremento de la disponibilidad de ómnibus, ferrocarriles o barcos.
La agencia estatal Viajero es la que provee este servicio de transportación de pasajeros en la isla, y constituye la opción más factible para la población en este sentido debido a que los camiones particulares o los taxis interprovinciales son muy poco seguros y muy poco económicos.
Miriam, una cubana que debe regresar a su natal Santiago para cuidar a su madre (quien se someterá pronto a una intervención quirúrgica), se quejó: «Si no consigo irme en guagua o en tren, tendré que pagar los 5.000 pesos (unos 203 dólares al cambio oficial) que me pide la agencia de taxis por un asiento. Es cierto que el viaje dura menos, pero te cobran 20 veces más caro».
La también estatal Taxis Toda Cuba ostenta precios de 255 pesos por asiento en un ómnibus hasta Santiago de Cuba.
Una empleada de la oficina de Viajes Cubanacán, afincada en el capitalino Hotel Capri, anunció que allí no se venderían más boletos «hasta nuevo aviso». Sin embargo, una clienta contó que había logrado comprar un pasaje para fechas posteriores al 10 de enero en la sucursal de Playa de la misma agencia, por unos 1.300 pesos.
No obstante, la capacidad deficitaria en el sistema de transportación de pasajeros ya constituía un problema desde antes de llegada la pandemia del coronavirus, pues, especialmente en verano y fin de año, la demanda siempre superaba a la oferta.
La empresa Víazul intentaba suplir esas deficiencias con los extintos CUC, y ahora lo oferta en dólares, con pagos a través de tarjetas Visa o Mastercard.
También Viajero está experimentado dificultades técnicas con su aplicación para celular «Viajando» (con la que se comercializan boletos vía Internet). Con ella se dan a menudo contradicciones de reservación y venta. Esta alternativa permite comprar billetes a los viajeros (con más posibilidades de conexión) de lunes a viernes, a partir de las 8:30 a.m., pero todos los pasajes se agotan en los primeros 5 minutos de viabilidad.
La trabajadora de la oficina de Habana del Este argumentó: «Al no haber una distinción entre ambas opciones, la mayoría de las veces el primero de la cola no logra comprar pasaje, porque los que salen a la venta son copados rápidamente a través de la aplicación. Eso también genera mucho malestar».
La internauta Misleide Panade Maceo publicó en el grupo de Facebook de «Viajando»: «Yo misma fui hoy a la agencia de viaje de mi municipio, Manzanillo, fui la primera en la cola, y qué le parece que mientras el agente que me atendía en la agencia entraba al sistema, yo tenía en mi móvil la apk abierta a las mismas 8 y 30 am, que se supone que a esa hora empiecen a vender, y ya no había un solo pasaje, todos vendidos. Entonces, la pregunta es quién vende o quién tiene acceso al sistema antes de las 8 y 30 am que vende todos los pasajes de un ómnibus».
Además, los pasajes se están vendiendo obligatoriamente con una antelación de 30 días.
Miriam lamentó: «Continúan pasando los días y se me acaba el tiempo para poder estar con mamá durante su operación. Ya averigüé y en avión también es imposible. En la agencia ya habían vendido todos los pasajes de diciembre y tampoco supieron decirme cuándo venderían los de enero».
Estos flujos masivos de viajeros se dan como resultado de los avanzados niveles de pobreza que existen en las regiones del interior de la isla, provocando que la mayoría de la población de esas provincias se radique (legal o ilegalmente) en La Habana.


