El presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez declaró en la clausura de las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) este miércoles que en Cuba se deben celebrar los «logros» de su administración en el «año vencido», cuando Cuba se encuentra inmersa en una crisis general casi que sin precedentes. Intentó justificar la hiperinflación que se experimenta en la actualidad en el país y rechazó que su Gobierno constituyera una dictadura.
Enumeró que algunos de estos «éxitos» fueron «la aprobación de medidas para el fortalecimiento de la empresa estatal socialista, el incremento de las producciones agropecuarias, el perfeccionamiento de los actores económicos, la creación del sistema de gestión gubernamental basado en ciencia e innovación, la labor en los barrios y la atención a personas y comunidades en situación de vulnerabilidad».
Detalló que en el Plan de la Economía y en el Presupuesto del Estado para el venidero 2022 «se definen objetivos de vital importancia para enfrentar las problemáticas actuales y continuar avanzando en la creación de capacidades y entornos institucionales que impulsen el desarrollo del país en el mediano y largo plazos».
Además, el funcionario aclaró que «deben ser corregidas las distorsiones que minan las relaciones entre las entidades estatales y el sector no estatal». Por tanto, llamó a «dar continuidad al perfeccionamiento del comercio interior, combinando las diferentes formas de propiedad y de gestión».
Sobre la inflación causada por la implantación de la estatal Tarea Ordenamiento, alegó que no es un problema que se vive únicamente en Cuba, sino que constituye un fenómeno global, y culminó responsabilizando por el caso específico de la isla al embargo estadounidense contra su régimen.
Mencionó: «La inflación que padecemos es consecuencia del desequilibrio existente entre la producción y la demanda, al cual hemos llegado por los efectos de la pandemia, el recrudecimiento del bloqueo y sus consecuencias para la economía».
Estas tendencias han causado una subida sostenida de los precios de los productos y servicios en el país y una considerable pérdida del poder adquisitivo de la población.
No obstante, se jactó de que su gestión ha mantenido «estables por varios meses los precios de la electricidad, el agua, los combustibles, la canasta familiar, los medicamentos, los servicios de salud y educación». Recalcó que esto «no sucede en otras partes del mundo donde se aplican recetas neoliberales y terapias de choque que redundan en la reducción de gastos sociales».
Aseguró que la ejecución de su ambiciosa reforma económica «no es la única causa de los altos niveles de inflación».
También reconoció que «hay déficit de ofertas porque no producimos lo suficiente», así como que uno de los principales objetivos para 2022 constituye «avanzar, dentro de los límites que permita la disponibilidad de recursos, en la recuperación del rol del peso cubano», para lo que se estará trabajando y evaluando de cerca.
Respecto a la controversial situación electroenergética, comentó que fue contratado recientemente el servicio de una nueva central eléctrica flotante, la que contribuirá a aplacar posibles apagones. Asimismo, «continúan las acciones de mantenimiento en las centrales termoeléctricas, para lo cual se prioriza la asignación de recursos financieros».
Dijo que mantener un servicio eléctrico estable ha sido una tarea complicada, sobre todo «bajo las condiciones económicas que enfrenta el país». Sin embargo, atribuyó las pequeñas mejoras al talento, el esfuerzo y la consagración «de los trabajadores del sector electroenergético».
También refirió que, debido al «despliegue de campañas de manipulación por los grandes grupos de comunicación que pretenden satanizar al sistema político cubano», los apelativos que tildan al Estado cubano de tiránico, entre otros adjetivos, son falsos.
Para ejemplificar la falsedad de las acusaciones, Díaz-Canel mencionó la consulta popular a la que se someterá el Código de las Familias, un proyecto para «promover, reconocer y proteger los derechos humanos y la diversidad».
El general Raúl Castro asistió a la última sesión del miércoles del aparato legislativo cubano, anunciando que el año 2022 se denominará «Año 64 de la Revolución» y que el próximo lunes 3 de enero se decretó como feriado.


