El vice primer ministro cubano y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, explicó en las actuales sesiones de rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), que la drástica devaluación que el Peso Cubano (CUP) ha sufrido en este 2021 frente al dólar o al euro (y la consecuente subida de precios de productos y servicios en el país) no constituye una consecuencia directa de la estatal Tarea Ordenamiento.
Gil Fernández alegó que la pérdida del valor de compra del CUP «no tiene su causa en el ordenamiento monetario. Estaría presente, incluso, sin haber tomado esa medida, porque igualmente el país tendría escasez e incremento de precios por déficit productivo», de acuerdo con lo reseñado por varios medios oficialistas.
En un intento ppr desviar la atención del problema, aseguró que la inflación que se vive en Cuba no es aún comparable con el cuadro que experimentan otros países, debido a que «hay precios que no tienen variaciones y son básicos, como el de la electricidad, los combustibles, la canasta familiar normada, la tarifa del agua y la del gas».
Afirmó que la reforma general económica no podía seguir esperando para su implementación y que ahora es necesario centrarse en sus aspectos positivos.
Precisó: «Si seguimos esperando el mejor momento, nunca lo hacemos. Hay que ver lo positivo que tiene el ordenamiento, que nos ha permitido ampliar los actores económicos y ponernos en mejores condiciones de comenzar a recuperar la economía de forma gradual».
No obstante, reconoció que se han cometido errores, como «que el ordenamiento tiene problemas de diseño y en su implementación, que hemos estado corrigiendo en contacto con los productores y empresas».
El ministro aseguró que, «erróneamente, se ha planteado que la inflación en Cuba está al 6 900% (que implica que los precios crecen 70 veces), una interpretación errada de un ejemplo que se puso en un momento para explicar cuál sería la devaluación del Peso Cubano».
Detalló que este año, la isla cerrará con una hiperinflación 10% más alta que la diseñada con la reforma económica.
Pese a que las autoridades prevén una recuperación económica nacional de un 4% para el 2022, el exceso de dinero circulando sin respaldo productivo en la isla (fenómeno causado por la acción estatal) y la elevación de los costos de las importaciones, apuntan a un empeoramiento de la situación.
Encima, responsabilizó a la población y a las modalidades comerciales regidas por la oferta y la demanda por la subida de precios, manifestando: «Porque hay mucha ilegalidad, reventa y especulación, lo cual es preciso combatir».
Rechazó, además, la idea de aumentar nuevamente los salarios, pues «los precios se comerían ese crecimiento salarial».
Enfatizó en que se debe disminuir el déficit presupuestario e incrementar la oferta para aplacar la inflación, basando la estrategia en la potenciación de las fuerzas productivas del país.
