Congresistas estadounidenses exigieron este jueves al presidente Joe Biden que «tome acciones humanitarias inmediatas» para «suspender las regulaciones de Estados Unidos que impiden que los alimentos, medicamentos y otra asistencia humanitaria lleguen» a Cuba.
Los 114 representantes destacaron: «La actual situación humanitaria en Cuba es cada vez más grave, con escasez de alimentos y bienes y un menor acceso a suministros médicos en medio de la pandemia de Covid-19».
La carta continuó: «Apoyamos un cambio más integral para profundizar el compromiso con Cuba y avanzar hacia la normalización de las relaciones entre EEUU y Cuba. Instamos a su Administración a eliminar las licencias específicas requeridas para enviar suministros médicos, como kits de prueba y dispositivos respiratorios, a Cuba».
Señalaron que se debe levantar todas las restricciones que están vigentes sobre las transacciones bancarias y financieras vinculadas a la ayuda humanitaria y suspender la verificación del uso final.
La misiva puntualizó: «Si bien el embargo permite el envío de ayuda humanitaria, en la práctica, los requisitos de licencia, la verificación del uso final, las restricciones al sector bancario y el temor a infringir sin saberlo las leyes estadounidenses complican gravemente el envío de ayuda humanitaria a Cuba, también desde otros países. como de los Estados Unidos».
Demandaron también erradicar «todas las restricciones sobre las remesas familiares y las restricciones sobre las remesas no familiares (donaciones)», con motivo de que las organizaciones sin fines de lucro y los grupos religiosos puedan brindar esta asistencia al pueblo cubano.
El texto añadió que «todavía esperan acciones basadas en las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Remesas que creó a raíz de las protestas del 11 de julio, encargado de acelerar una revisión dentro de 30 días de cómo enviar remesas directamente al pueblo cubano».
Las recomendaciones que este grupo brindó en el pasado mes de noviembre fueron rechazadas por la administración Biden-Harris.
Pidieron además «revocar las restricciones de la Administración de Donald Trump a los viajes a Cuba, ya que dificultan que los cubanoamericanos visiten y se reúnan con familiares en la Isla, en particular para aquellos con familias fuera de La Habana. Permitir los viajes a Cuba aumentaría el flujo de suministros humanitarios necesarios a la Isla y la cantidad y distribución de dinero y bienes enviados directamente a manos de los cubanos».
Solicitaron revisar la nueva inclusión del régimen cubano como parte de la lista de Estados patrocinadores de terrorismo y la reapertura de los servicios consulares en la embajada estadounidense en La Habana, pues alegaron que «este acto ayudará a los cubanos interesados a migrar por medios legales, en lugar de contribuir a las condiciones que obligan a los cubanos a migrar en condiciones peligrosas, llegando en mayor número a nuestra frontera sur».
Dijeron que «se debe reanudar la participación en áreas clave de interés mutuo que fueron perseguidas por la Administración (Barack) Obama-Biden, incluidos los grupos bilaterales sobre migración, respuesta a desastres, medio ambiente y cuestiones de aplicación de la ley, como la lucha contra las drogas y el lavado de dinero. La cooperación en la respuesta al Covid-19 y el abordaje de futuras pandemias también son esenciales. Por último, la protección de los derechos humanos en Cuba, incluido el derecho a la protesta, se beneficia mejor con un compromiso basado en principios, en lugar de un aislamiento unilateral, que ha demostrado ser una política fallida. De hecho, hoy, tras casi cinco años de estrictas sanciones estadounidenses, los incipientes movimientos sociales cubanos que surgieron durante los años de acercamiento encuentran su espacio para el debate público y la libertad de expresión más restringido que en 2016».


