Instituciones oficialistas en Cuba se pronuncian sobre denuncias contra trovador Fernando Bécquer por abusos sexuales

Tanto el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau como el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de Cuba decidieron finalmente pronunciarse tras el estallido del escándalo que acusa al trovador cubano Fernando Bécquer de incurrir repetidas veces en el delito de abuso sexual, originado por las denuncias de 5 víctimas que fueron publicadas por la revista independiente El Estornudo.

El Centro Pablo, entidad vinculada fuertemente al movimiento de la trova cubana y a sus exponentes, citó a la trovadora Rita del Prado cuando esta alegó que el primer paso ante un presunto caso de violencia de género se concentra en acompañar a las supuestas perjudicadas durante el proceso de esclarecimiento de los hechos, resaltando que politizar el asunto, tomar bandos o poner en duda los testimonios acusadores desde el principio constituyen errores recurrentes en situaciones así.

El director de la entidad, Víctor Casaus, alegó vía Facebook que este texto constituye su postura institucional ante el escándalo destapado, explicando: «Incorporamos el texto de Rita como declaración de nuestro Centro porque expresa –desde valores imprescindibles como la sinceridad, la ética, la solidaridad, la transparencia y el compromiso– lo que pensamos, sentimos y apoyamos en estos momentos difíciles cuando nos colocamos junto a la verdad y la justicia que la trovadora defiende en las líneas finales de su texto que tanto admiramos y agradecemos: ‘Quiero que esta sociedad las proteja del abuso sexual en toda circunstancia. Quiero que el mundo encuentre caminos expeditos para poner freno a los abusadores'».

El escrito original está titulado «Catarsis y oportunidades», el que aboga por «intentar dar un paso hacia la luz» en vez de «contribuir a la confusión» cuando aún no se tienen evidencias sobre el desarrollo de los acontecimientos.

Allí, del Prado sostuvo: «Que en Cuba sean inusuales las acusaciones públicas y múltiples sobre violencia de género no quiere decir que nos escapemos del primitivismo que las originó. Que en otros países del mundo el machismo tenga en sentido general expresiones cotidianas mucho más crudas y más brutales que las de aquí, no quiere decir que lo hayamos erradicado».

La redactora aseveró que lo que debería importar es que las 5 mujeres denunciaron estos casos de violencia de género y señalaron «a un agresor, describiendo patrones de acoso, abuso sexual y manipulación», y no cuál fue «la postura política del periódico digital que primero les hizo caso y las publicó» o «la postura ideológica de quien cometió los actos»; por lo que aseveró que «poner el acento en eso, es desviar la atención”.

Por último, llamó al sistema jurídico nacional a establecer el «grado de responsabilidad penal, atenuantes o agravantes» de una vez.

Por otra parte, la institución supuestamente dedicada a la toma de conciencia y mediación en estos temas en el país, el Cenesex, defendió el hecho de que «se alcen las voces de las víctimas de la violencia sexual» y ofreció sus «servicios de orientación jurídica y de orientación y terapia sexual» para el procesamiento de este tipo de denuncias.

Comunicó oficialmente: «Instamos a las víctimas a que formulen las denuncias correspondientes siguiendo los procedimientos legalmente establecidos y reiteramos nuestro compromiso con el acompañamiento que demanden para poder transitar por este complejo proceso».

Además, invitó a todos los que mantengan una activa presencia en redes sociales a que comuniquen allí de forma «responsable, informada y asesorada», con tal de que “el manejo de este tipo de eventos no contribuya a revictimizar a las mujeres y aumentar su dolor”.

Concluyó: «Recordamos que existe un cauce legal para investigar y sancionar este tipo de eventos que pueden constituir delitos y que los procedimientos establecen garantías tanto para las víctimas como para las personas procesadas».

Mientras las instituciones estatales toman medidas insuficientes sobre la defensa de la igualdad de género y de los derechos de la mujer, movimientos de activistas independientes continúan exigiendo al Gobierno cubano una Ley Integral contra la Violencia de Género.