Este fin de semana, Manuel Marrero Cruz, primer ministro cubano, presentó su informe de rendición de cuentas de 2021, en el que reconoció que «no se ha logrado en su totalidad» el propósito del macro plan económico que constituye la Tarea Ordenamiento y que, por tanto, habrá cambios para corregir sus deficiencias.
La fracasada estrategia, que se planificó durante más de diez años y constituyó una propuesta de la comisión liderada por Marino Murillo, tenían como objetivo otorgar al peso cubano «el papel que le corresponde como centro del sistema financiero», mediante la eliminación de la dualidad monetaria y la eliminación gradual de los subsidios excesivos y gratuidades. No obstante, estos no han sido cumplidos.
El alto funcionario, aunque no adelantó cuáles serán las modificaciones, sí alertó que serán inminentes, dado que ya existe un cronograma con 33 actividades que deben cumplirse entre noviembre y febrero de 2022.
Según Marrero, se prevé que este año el Producto Interior Bruto crezca en torno a un 2%, lo que sería lógico luego de la gran caída de casi un 10% en 2020, y la expectativa consiste en que para 2022 crezca a un 4%. Esto, de acuerdo a la opinión de expertos citados por la agencia Reuters, conlleva que se mantendrán la escasez de bienes y las continuas dificultades para pagar a los acreedores.
El documento, como ya es costumbre, atribuye los malos resultados al «recrudecimiento del bloqueo» y a los efectos de la pandemia, así como al aumento de los problemas de logística que afectan a la distribución de todo el mundo. Obvió, entonces, los errores del propio Gobierno, y solo refirió problemas de corrupción en casos aislados «por la falta de control administrativo, la limitada combatividad en la comunidad y la renuncia o carencia de valores morales y éticos en algunos directivos y funcionarios».
Asimismo, el informe trata algunos problemas destacables sobre el año, entre los que se destaca la escasez de medicamentos, generada por los elevados gastos derivados de la pandemia. Y todo considerando que la isla ha recibido cuantiosas donaciones de países como México, Bolivia, Nicaragua, Francia, España, Rusia o China principalmente.
El dirigente también indicó que se dedicaron 16.000 millones de pesos a la lucha contra el coronavirus, de los cuales 3.300 fueron al proceso completo de vacunación y 400 más (orientativos) a la próxima dosis de refuerzo, por lo que «se ha visto afectado el programa nacional de medicamentos».
Este año falló, además, el Plan de construcción, cumpliéndose solo un 31% hasta octubre y dejando sin satisfacer otra de las grandes necesidades de los cubanos. «Hay menos viviendas construidas que recursos entregados», destacó, insinuando además desvío de recursos.
Marrero también resaltó que la generación energética volvió a sufrir este año uno de sus peores momentos. «En ese sentido, se ejecuta una estrategia de recuperación de la disponibilidad, que permitirá un mejor servicio al contar con una mayor reserva al cierre del año. Se continúa el trabajo de forma sostenida en el incremento», prometió.
Sin embargo, las autoridades han elaborado un listado de 22 prioridades que encabezan la preparación del país para la Defensa y el trabajo político ideológico, medidas para contener la inflación y la transformación radical de sistema empresarial.
