Las autoridades cubanas responsabilizaron al Gobierno de Estados Unidos y a su embargo contra la isla por impedir que los inversionistas extranjeros (incluyendo a los emigrados cubanos) puedan colaborar con proyectos de desarrollo en la isla.
El director general de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior (DACCRE) del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba, Ernesto Soberón, declaró en entrevista con la estatal Juventud Rebelde que «las transformaciones actuales para impulsar y dinamizar la economía cubana abren nuevos espacios para la participación de los cubanos en el exterior en los procesos de desarrollo socioeconómico. Según las regulaciones vigentes, los connacionales residentes en el exterior pueden insertarse mediante inversiones, negocios, proyectos de colaboración y de desarrollo local».
De igual forma, comunicó que «hoy se trabaja en la identificación de propuestas de negocios y de inversión extranjera, incluyendo aquellos con montos discretos, de manera que faciliten la posibilidad de contribuir al desarrollo del país desde lo local, si fuese esa la preferencia».
Aseguró que «la legislación cubana se aplica por igual a los inversionistas de todos los países, sin establecer criterios discriminatorios. Sin embargo, ante este diapasón de proyectos y posibilidades, el bloqueo constituye el principal obstáculo para que los inversionistas, incluidos los nacionales, puedan insertarse en los proyectos de desarrollo».
El Gobierno cubano autoriza una a una las operaciones de los negocios con involucración de inversionistas cubanos exiliados, y las probabilidades de que la propuesta sea rechazada por estas autoridades son casi totales.
Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, reconoció recientemente que «si bien los cubanos residentes en el exterior pueden invertir en Cuba, esta posibilidad no se ha concretado en demasía, se han establecido muy pocos».
La burda excusa de Malmierca se centraba en que los inversores proponían abrir pequeños negocios «que no eran realmente de interés para la parte cubana».
El funcionario aseguró que la legalización de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) constituye «una nueva oportunidad para nuestros nacionales que, encontrándose en el exterior, residan de manera permanente en el territorio nacional».
Agregó que, «por la importancia que reviste el tema, está concebida la realización del Foro de Negocios con la participación de cubanos residentes en el exterior con intereses de negocios e inversiones en la Isla, como parte de la segunda edición del Foro Empresarial Cuba 2021, a celebrarse del 29 de noviembre al 2 de diciembre en formato virtual, lo que contribuirá a avanzar en el fortalecimiento de los vínculos entre los cubanos que viven en otros países y la nación».
También culpó directamente a la administración del republicano Donald Trump por imponer más de 240 medidas con la intención de «obstaculizar los lazos de la nación con los residentes en el exterior», acusando a la de Joe Biden de continuar y ampliar sus pretensiones.
El directivo explicó que «la persistencia» del embargo y «las medidas adoptadas por las sucesivas administraciones de Washington para su recrudecimiento, atentan contra todos los cubanos sin importar el lugar donde residan».
Enumeró ciertas «afectaciones que sufren directamente las familias cubanas en la Isla; las negativas de bancos a los connacionales en terceros países para realizar transacciones financieras o recolectar fondos para apoyar a Cuba; obstáculos a los vínculos de las familias cubanas, e impiden el pleno desarrollo socioeconómico del país».
Arremetió nuevamente contra las «restricciones a las remesas», lo que calificó como «un ataque injustificado a los canales oficiales que durante muchos años han funcionado para la tramitación de las transacciones».
Sobre esto, ahondó que «las remesas constituyen un tema familiar y humanitario, no un asunto político. Las familias cubanas tienen el derecho a recibir remesas sin que exista politización o manipulación de este tema, y más aún en las actuales condiciones de pandemia».
Con esta amplia lista de disposiciones, precisamente, Washington ha querido disminuir al mínimo todo tipo de beneficio que el Gobierno cubano extrae del sistema de remesas para sus arcas estatales, interceptando el dinero de su pueblo a través de FINCIMEX y del resto de entidades empresariales-militares asociadas.
Al respecto, Soberón aseveró que «la inmensa mayoría de los cubanos favorece una relación constructiva con su país de origen, el mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, expandir los vínculos económicos entre ambas naciones y los viajes de los estadounidenses sin restricciones a la Isla, además de reconocer el bloqueo como una política fallida».
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