El actor, dramaturgo y líder opositor cubano Yunior García Aguilera, recientemente instalado en España junto a su esposa tras la frustración de la Marcha Cívica por el Cambio el pasado 15 de noviembre, expuso en una entrevista con a la Voz de América las razones que motivaron su repentina salida del país, incitando además a la comunidad internacional a emprender acciones concretas y contundentes contra el régimen de la isla.
En la noche del jueves, el actual cabecilla de la disidencia cubana contó sobre sus últimas semanas en la isla antes de huir: «Estábamos sitiados, rodeados, amenazados… Temía por mi familia». Hizo aquí referencia al amplio operativo represivo-preventivo que desplegó el Gobierno el pasado domingo frente a su vivienda para bloquear su paso hacia la marcha en las calles de La Habana.
Alegó al respecto: «Sentía que me estaba consumiendo, que estaba naciendo dentro de mí una rabia que ya no podía controlar, y que corría el riesgo de convertirme en eso mismo que critico».
García ha visto los frutos de su trabajo como activista por la libertad en Cuba y ha podido notar el cambio que ha sufrido su vida desde que fundó la plataforma ciudadana Archipiélago, movimiento que ha conseguido aunar las fuerzas opositoras al régimen cubano en todo el mundo.
Explicó sobre su estancia en Madrid: «Vinimos a dar testimonio, a contar lo que pasa en Cuba de primera mano, a hablar por los que no tienen voz».
La administración de Miguel Díaz-Canel ha calificado la convocatoria a la frustrada Marcha 15N como «una provocación desestabilizadora», ilegalizándola y tildando a sus promotores y potenciales participantes como «mercenarios».
El activista de 39 años afirmó: «Aunque sea doloroso te va controlando esa rabia que crece dentro de ti. Vine a tomar un poco de oxígeno, a recuperar fuerzas».
Ha asegurado hallarse agradecido por el interés que han mostrado muchos países y organismos internacionales, como Estados Unidos y la Unión Europea, en apoyar la causa libertadora del pueblo cubano.
«Hay que preocuparse ahora, porque hay que denunciar, hay que decirlo de frente y usar las palabras correctas para que este mensaje sea firme y concreto», recalcó, haciendo hincapié en su perspectiva de que «no se puede apartar la vista» de lo que acontece en el país, así como que hacen falta acciones más contundentes para presionar al Gobierno.
Enfatizó también que la población debe ser mucha más severa «con aquellos que están maltratando a sus ciudadanos, con aquellos que se están riendo de los derechos de todos los tratados que han firmado, con aquellos a los que no les importa lo que diga el mundo cuando están dispuestos a aferrarse al poder y a no perder sus privilegios».
«El mundo también tiene que despertar, eliminar esas visiones románticas, idílicas y falsas sobre lo que es Cuba y acercarse a la gente real», dijo en relación a quienes piensan que la isla ha alcanzado la utopía que sostiene que el pueblo no sufre.
García continuó explicando que la revolución llegó para derrocar una dictadura pero «acabó reproduciendo el mismo esquema», por lo que «la Cuba que se construya tiene que ser distinta, inclusiva, tolerante, y un Estado de derecho real». Dijo que quiere confiar en que las conciencias de los cubanos van a despertar y en que se imponga la dignidad de cada ciudadano por encima de rencillas políticas.
El dramaturgo resaltó que no piensa pedir protección internacional cuando caduque su permiso de estadía en España, el cual se traduce en tres meses dada su visa de turismo. Concluyó destacando que no quiere morir en el exilio, y que desea regresar a la isla cuando sus compatriotas sean conscientes de que «la nueva Cuba» debe ser «una creación colectiva».


