Reniel Rodríguez, adolescente cubano de 16 años, fue detenido este miércoles por la Policía cubana, debido a haber marchado el lunes 15 de noviembre vestido de blanco por una calle de la ciudad matancera de Cárdenas.
De acuerdo con denuncias de la Alianza Juvenil Libertaria, el menor de edad se encuentra recluido por la Seguridad del Estado cubano en la Escuela de Formación Integral de Matanzas, donde solamente tiene acceso a una llamada telefónica.
La organización de la que el joven es integrante denunció su rapto vía Twitter, alegando: «Nuestro compañero Reniel se encuentra en el EFI (Escuela de Formación Integral). Estos centros son dirigidos por el Ministerio del Interior, donde se asegura un completo adoctrinamiento y cambio de conducta para los jóvenes. Su cabeza fue rapada y sólo tiene acceso a una llamada».
«Lunático Debates», como es conocido el menor en redes sociales, anunció en un vídeo publicado el mismo lunes que se sumaría a la Marcha Cívica por el Cambio (convocada por la plataforma ciudadana Archipiélago), y donde llamaba a sus seguidores a incorporarse a la iniciativa.
Medios de prensa independientes como CiberCuba informaron que Rodríguez fue forzado a borrar el vídeo donde se mostraba marchando y a publicar un tuit en el que pedía que sus simpatizantes dejaran de divulgar estos materiales, por orden de un representante del Partido Comunista de Cuba (PCC).
El reporte precisó que el niño hizo lo que se le ordenó y fue luego que las dependencias policiales lo condujeron a su actual locación.
Rodríguez había sido muy explícito en las críticas que propinaba al régimen en las últimas semanas desde su cuenta de Twitter, y exigió en reiteradas ocasiones la liberación inmediata de los presos políticos y hasta condenó el adoctrinamiento escolar.
Su rapto y la llegada a Madrid del actual rostro de la disidencia cubana en la isla, Yunior García Aguilera, han sido las dos noticias con mayor impacto político que han acaparado al escenario nacional en esta semana.
Justamente, el lider opositor ofreció una conferencia de prensa este jueves para aclarar aspectos de su viaje a España, afirmando: «Entiendo lo complejo que es el caso cubano y entiendo que muchas veces hay una relación romántica con lo que Cuba significa para muchas personas. Lo cierto es que hay una dictadura, una tiranía brutal, como pocas veces se ha visto».
Quiso aclarar que él es un artista, no un político, manifestando también: «La relación que cada uno tenga con Cuba tiene que madurar. La revolución no sólo devoró a sus hijos. Ahora está devorando a sus nietos».
Sobre las tensiones políticas que se han experimentado en la isla en este último año, refirió: «El 11 de julio fue un estallido social quizás como nunca habíamos tenido en la historia de Cuba. Se levantaron millones de cubanos pidiendo medicamentos, alimentos y libertad. Hubo personas que fueron golpeadas por cantar una canción como ‘Patria y vida’ en las calles. Cuba vive la censura, la exclusión, la despersonalización del individuo».
Por tanto, declaró que: «A partir del 11 de julio empezamos a ser más vigilados. Me reuní con Silvio Rodríguez. Él entendió que manifestarse es un derecho y que se debía hacer algo por la liberación de los presos. Pese a las diferencias, ese diálogo mostró que puede ser posible hablar. Ese diálogo no existió con la dictadura».
Sí quiso acotar que «no hay ningún tipo de democracia en Cuba. Ellos (la dictadura) dicen que tienen una mayoría y eso es falso. Ellos usan la excusa de la mayoría para dejar sin derechos a la gente, para encarcelar a todo el que piense distinto. Creamos una plataforma plural como Archipiélago que incluyera personas de todo signo político».
Aseguró que siempre quiso entablar un diálogo político en el que se pudiera llegar a una solución conjunta y armoniosa, pero el régimen no quiso cooperar. Dijo: «Cuando anunciamos la marcha para el 15 de noviembre, empezó una persecución feroz. Me cortaron Internet, el teléfono de mi casa, le cortaron el teléfono a cualquier persona que tuviera cerca para que no pudiéramos comunicarnos. La Fiscalía me llamó y me dijo que me iban a llevar a una cárcel dos décadas».
