La crisis económica en Cuba ha hecho estragos hasta en las tareas domésticas más sencillas, como la de limpiar el suelo, puesto que a falta de frazadas de piso, en las casas se están utilizando toallas viejas y trozos de sábanas o camisetas para cumplir esta función.
Estos tan simples artículos del hogar llevan meses desaparecidos de los comercios y las familias cubanas han tenido que buscar alternativas y destinar piezas de ropa para trapear.
Una señora decía este viernes indignada que la situación le recordaba al Período Especial, mientras esperaba a las afueras de un punto de venta estatal donde ahora solo se oferta cloro a granel, pero donde solían vender frazadas. Con notable tono de lamento, contó cómo en su casa se quedaron sin toallas y trapos en aquella época tras destinarlos para limpiar el suelo de la vivienda, debido a que el Estado no comercializaba ninguno de estos productos por la grave crisis económica que se experimentó entonces.
La mujer aseguró que no ha logrado encontrar ninguna oferta de las también llamadas «colchas» ni en los establecimientos en Moneda Libremente Convertible (MLC), los únicos mínimamente abastecidos de la isla, por lo que las frazadas se incorporan a la ya extensa lista de bienes de primera necesidad bajo constante caza, como los alimentos, el detergente, y el jabón.
Aunque las «bayetas» son artículos de producción nacional, con un precio oficial de 15 Pesos Cubanos (CUP), su fabricación depende de la importación de determinadas materias primas.
Las autoridades cubanas informaron a finales del año 2019 que el país enfrentaba problemas con el suministro de estos componentes, y en provincias del interior de la isla como Villa Clara se intentó hacer exclusiva su comercialización para el mercado racionado.
Debido a la crítica escasez del producto, su precio en el mercado informal cubano ya se ha elevado a 150 CUP por unidad.
Mientras, el pueblo cubano ha volcado su frustración en la redes sociales en forma de memes, y uno en particular ha captado la atención mediática al rezar: «¡La orden de romper pulóveres está dada!»
Esta afirmación se mofaba de las palabras que dio el gobernante Miguel Díaz-Canel durante las multitudinarias protestas populares del pasado 11 de julio.


