El aceite de ajonjolí pudiera convertirse en una alternativa ante la escasez de productos a partir de soja y girasol en los mercados de la Isla. De hecho, ya se ha estado utilizando en algunos comedores del Grupo Empresarial azucarero (Azcuba).
En la provincia de Camagüey se está impulsando el cultivo de esa planta oleaginosa para la elaboración de aceite vegetal y de esta forma intentar cubrir las necesidades de los comedores obreros.
Alexei Carmenates Llanes, administrador de la UBPC El Entronque, dijo al periódico Granma que en cada uno de los lotes cañeros se ha incorporado el fomento del ajonjolí pues se trata de una planta viable que “requiere de bajos volúmenes de agua y fertilizantes, y es resistente a plagas y enfermedades”.
En Villa Clara, por su parte, varias cooperativas se encuentran cultivando el sésamo como una alternativa para el autoconsumo.
Las políticas en el sector no han dejado bien parado a un país que luego de estar entre los mayores productores pasó a importar azúcar para poder mantener la canasta básica normada
De acuerdo a la información bridada por el citado medio de prensa del ajonjolí cosechado en una hectárea se pueden extraen unos 250 litros de un aceite. No obstante, el producto presenta una textura, aroma y sabor peculiares no recomendados, por ejemplo, para freír. En la cocina se recomienda para agregar a ensaladas, pescados y alimentos crudos.
El aceite de sésamo es ampliamente usado en la industria de la cosmetología por sus numerosas propiedades. Sin refinar se utiliza para mascarillas faciales, combatir la piel reseca, la pérdida de cabello y con fines antiinflamatorios. El ajonjolí ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre por su contenido en lecitina y fibra vegetal, contribuye a la buena función del sistema cardiovascular y a reducir las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares.
