A solo días de inaugurado por el Gobierno el Palacio del Pan y el Dulce en Santiago de Cuba ya no tienen nada que ofertar a la población

Julissa, una agente de seguridad santiaguera, recibió una respuesta muy seca cuando llegó antes de las 9:00 a.m. en su día de descanso a la recién inaugurada panadería Palacio del Pan y el Dulce, en la ciudad cabecera: «No hay pan señora».

El punto de venta fue inaugurado el pasado 21 de octubre y ya presenta muy escasas ofertas de pan y de otros derivados de la harina (que se agotan muy temprano en la mañana), debido al desabastecimiento de materias primas.

Pedro, un padre de familia que había llegado media hora antes que Julissa, le aseguró a la mujer que el establecimiento estaba cerrado cuando él llegó, así que la excusa que le había dado el dependiente a Julissa sobre la venta temprana de pan era una mentira.

Julissa entonces caminó 400 metros hasta la panadería más cercana, la Ferreiro, decidida a adquirir el alimento para sus 2 hijos, su madre y su marido. La encontró cerrada, sin ningún empleado alrededor, y un hombre que venía saliendo del local le dijo, mecánicamente, que la entidad no estaba produciendo por falta de materia prima.

En el último año se han inaugurado varias cafeterías, panaderías y dulcerías en la ciudad de Santiago de Cuba, ubicadas en su mayoría en el bulevar Enramadas, las que ya presentan decadentes situaciones laborales.

Miguel, inspector y cobrador de la empresa eléctrica encargado de la zona de Enramadas, contó que recorrió todos los establecimientos estatales de la zona y todos están cerrados por ausencia total de oferta: la pizzería Marilyn, la cafetería El Marinero, La Casa del Perro Caliente, etc.

Concebida para vender recetas con huevo como el plato principal, la cafetería Champion lleva meses sin poder hacerse con cartones de huevos; mientras que en Mama Inés, especializada en café, solo venden jabas de nailon y módulos carísimos que nadie compra.

Los trabajadores de muchos de estos establecimientos permanecen sentados fuera, sin nada que hacer. «No se puede hacer pan porque no hay harina y tampoco podemos confeccionar dulces, porque entre otras cosas, falta el huevo. La cosa es que cuando aparece el huevo falta el azúcar o no hay electricidad, y al final tampoco se puede ofertar el servicio a la población», comentó Kiko, un empleado de la panadería-dulcería Aguilera 601.

Locales como Galleta Frita, localizado en San Félix entre Aguilera y Heredia, y La Brasa, ubicado en Aguilera, llevan cerrados desde hace tiempo. Por tanto, se ven afectadas personas como Elena y Mario, un matrimonio que necesita llevarle a su hijo preso productos alimenticios que puedan almacenar durante mucho tiempo, como las galletas, o Enrique, jubilado que ni siquiera puede regalarle un cake a su esposa por su cumpleaños debido a que estos establecimientos asequibles no ofertan nada y no se puede permitir comprar en negocios privados.

«Estoy seguro de que Martí, Maceo y todos los que dieron su vida por una patria libre y digna, en estos tiempos la hubieran dado de nuevo para tumbar a esos barrigones que están dirigiendo esta nación», protestó Enrique en lo que vuelve a su casa con las manos vacías.