Una familia cubana ofreció su testimonio sobre la dura travesía que vivieron al cruzar la peligrosa selva del Darién, ubicada entre Panamá y Colombia.
La familia, integrada por un matrimonio y sus dos hijos menores edad, llegaron al campamento Lajas Blanca y desde allí ofrecieron su testimonio a Radio y Televisión Martí.
“Gracias a Dios estamos vivos … El río se lleva a las personas, se mueren ahí. Muchas no pueden cruzar la selva, mujeres embarazadas mueren. Cruzas el río y te encuentras los cadáveres. No se lo deseo a nadie. Es muy difícil”, señaló el cubano.
Según contaron, durante su paso por la selva se estuvieron alimentando con sopas de paquete y utilizaron un pequeño fogón que les regaló un compatriota. Por suerte para ellos, no fueron víctimas de asaltos sorpresivos de individuos que acostumbran a salir repentinamente de entre la maleza.
Liseydis Martínez, la esposa relató: “A dos cubanas que venían en un grupo detrás de nosotros las violaron, llegaron sangrando, desgarradas por el recto y la vagina, igual que una niña haitiana de 13 años. Son indios que andan con armas largas y si te resistes, te matan”.
El cubano precisó que abandonaron la isla por la pésima situación que hay: “Salí por comunismo, ha sido la razón que luego me hizo tomar la difícil decisión de lanzarme a la travesía, la familia no tiene medicamentos, no hay comida, no hay nada”.
Al llegar a la localidad de Necolí, en el departamento colombiano de Antioquia, fueron estafados por parte de un militar que se ofreció para ayudarlos a cruzar en lancha hacia Panamá.
De acuerdo a sus declaraciones, el militar les robó 1500 dólares, pero aun así se mantiene firmes en su objetivo de seguir adelante.
“Mi plan es llegar a Costa Rica y empezar a trabajar. Yo soy pintor, electricista, plomero y carpintero”.
Varados en Lajas Blanca y sin dinero, apareció una mano amiga que les ofreció 80 dólares para pagar el viaje hasta Planes de Gualaca, cerca de la frontera con Costa Rica.
