El Dr. Almicar Pérez Riverol, reconocido virólogo cubano radicado en Brasil, publicó recientemente en sus redes sociales un mensaje donde apuntaba que la aplicación de vacunas cubanas a la población de la isla no es capaz de cargar con todo el mérito por el retroceso de la pandemia, aunque las autoridades sanitarias de la isla así lo aleguen.
El doctor aseguró que parte de la responsabilidad es de la inmunidad adquirida por los infectados de COVID-19.
Cuando las cifras de contagios y muertes por coronavirus van en caída y la isla comienza a transitar hacia la «nueva normalidad», Pérez Riverol argumentó que lo correcto es reconocer la influencia tanto de las vacunas de factura nacional como del efecto de inmunidad que deja la enfermedad en este mejoramiento.
Fundamentó su afirmación usando comparaciones con otros países en situaciones recientes parecidas, con enormes picos pandémicos que han sostenido un descenso significativo a pesar de tener baja cobertura vacunal, como es el caso de Uruguay, India, Fiji y Botswana.
El experto indicó que el proceso de vacunación masiva en Cuba comenzó a desarrollarse cuando casi todo el mundo sufría la mayor ola por incidencia desde el inicio de la pandemia, por lo que «ese descenso es resultado de la vacunación sumada al costoso efecto de la inmunidad por infección, evidenciado en todos los países que sufrieron brotes causados por la Delta y que, eso sí, habría sido muy superior sin la llegada de las vacunas».
En otra publicación, el especialista alertó que no vacunarse implica riesgos muy grandes, los mismos que han provocado consecuencias funestas en Europa. Esto se puede mostrar con el progreso que ha logrado el hemisferio oeste, donde los índices de vacunación son muy elevados y aunque los contagios también son altos, las hospitalizaciones y las muertes han disminuido grandemente.
Rusia ha continuado presentando el pico más acrecentado, con nuevas cifras récord este lunes. Su vacuna, Sputnik V, fue la primera en ser inoculada de forma masiva en el mundo, pero la desconfianza de sus habitantes en ella ha causado que los índices de vacunación sean de solo el 47% de su población.
Evidentemente, la falta de inmunización causa índices de mortalidad muy peligrosos.
Pese a que la Universidad Johns Hopkins ubica a Estados Unidos, Brasil e India como los países con mayor número de contagios en base a su población, Rusia es el territorio con mayor mortalidad.
Debido a esto, los ciudadanos cubanos se encuentran temerosos de los efectos que podría tener la llegada masiva de turistas de ese país a la isla, lo que podría también provocar otro colapso del sistema de salud nacional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) continúa sin certificar el uso de emergencia de los antídotos cubanos, dado que Cuba aún no ha publicado los ensayos clínicos de ellos en revistas de reconocido prestigio.
Esto hará que muchos cubanos residentes dentro y fuera de la isla no puedan viajar para pasar las Navidades con su familia, dado que casi todos los países que han abierto sus fronteras lo han hecho con la condición de que solo ingresen viajeros vacunados con antídotos aprobados por organizaciones reguladoras internacionales, además de presentar el resultado negativo de un PCR hecho con 72 horas de antelación al vuelo. En la lista de excepciones no entran las de los ciudadanos cubanos residentes en la isla.
