La céntrica tienda La Época, ubicada en las calles San Nicolás y Concordia (Centro Habana), ahora operando en Moneda Libremente Convertible (MLC), siempre muestra una cola de varias manzanas de longitud desde tempranas horas del día. Este sábado iban entrando solo 30 personas por turno debido a problemas de conexión con los bancos cubanos para realizar las transacciones con tarjetas magnéticas en esa moneda, por lo que el proceso se convirtió en un martirio de muchas horas de espera.
El anuncio de que el sistema de conexión entre las entidades estaba «caído» fue dado desde muy temprano. El limbo operacional se alargó hasta el mediodía, y el malestar creció en la cola, donde aguardaban personas vulnerables como mujeres embarazadas y ancianos, los que habían traído su propio asiento para hacer su estadía más llevadera.
Los cubanos de la cola llegaron a comprobar que el problema no era que la conexión estuviera caída por varias horas, sino que el servicio se mantenía intermitente.
La modalidad de venta de alimentos y productos de aseo en MLC se comenzó a adoptar en Cuba a mediados del 2020, y aunque haya provocado gran rechazo popular, la población se ha visto en la necesidad de hacerse con algunos dólares para acceder a los productos básicos que solo allí se ofrecen. El servicio ha sido deficiente desde sus inicios.
En este tipo de establecimientos, solo se puede pagar con tarjetas magnéticas emitidas por los bancos nacionales o las tarjetas Visa, Mastercard o UnionPay (expedidas por instituciones extranjeras, excepto Estados Unidos). Por tanto, la tiendas deben leer las tarjetas y los bancos deben autorizar la transacción.
El problema se repetía en otra tienda en MLC cerca de allí, Roseland.
La escena era similar en las tiendas Capricho y La Filosofía, y en el departamento de electrodomésticos en la Plaza Carlos III habían personas sentadas en el suelo, mientras la cajera agitaba en la mano un recibo que explicaba que la operación no pudo concluir debido a errores de conexión.
Una operadora del Banco Metropolitano esclareció que tantos vaivenes en la conexión podían deberse a múltiples factores, pues «pueden ser problemas de congestión en las líneas, pero también puede ser que estemos haciendo algún mantenimiento, aunque en ese caso siempre se anuncia por anticipado».
«La mayoría de las veces son problemas de conectividad derivados de fallos de Etecsa, pero claro, la gente señala al banco. Lo peor pasa con quienes tienen tarjetas extranjeras, porque no solo debe comunicarse la tienda con nuestra sucursal, sino que nosotros tenemos que comunicarnos con el banco fuera del país», explicó otro empleado, del Banco de Crédito y Comercio en La Habana.
Después de numerosos intentos, el sistema volvió a funcionar, pero unos minutos después una empleada pidió comprensión a la cola porque se había perdido, por enésima vez, la conexión con el banco.


