El medio independiente 14ymedio anunció que el artivista cubano Hamlet Lavastida salió en libertad este sábado y fue conducido con alta seguridad directamente al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, luego de haber sido encarcelado por más de 3 meses en la sede de la Seguridad del Estado, Villa Marista. El artista y su pareja, la poeta Katherine Bisquet Rodríguez, abordaron un avión rumbo a Polonia.
Un familiar de Lavastida confirmó que «ayer por la tarde lo llevaron desde Villa Marista, custodiado por más de una veintena de agentes a la Embajada polaca para colocarle el visado. La Seguridad del Estado también llevó a Bisquet», asegurando que «de ahí lo condujeron directamente al aeropuerto y lo custodiaron hasta el avión diciéndole que era un ‘viaje de ida’ sin posibilidad de retorno».
La misma fuente contó que la pareja haría una escala en la ciudad española de Madrid y luego llegaría a Varsovia. Precisó que «todo fue hecho con mucho secretismo por la policía política y estamos esperando que Lavastida esté en territorio libre para que pueda contar más detalles».
El opositor regresó a la isla de una estancia en Alemania el pasado 21 de junio, tras haber concluido su colaboración con la galería Künstlerhaus Bethanien, de Berlín. El joven cumplió con el período de confinamiento obligatorio que el Gobierno impone a todos los viajeros, en un centro estatal habilitado en el capitalino reparto Flores. Fue entonces detenido por la policía política el 26 de junio, por encontrarse bajo un «proceso de investigación» por el supuesto delito de «instigación a delinquir».
Lavastida fue declarado preso de conciencia por Amnistía Internacional y es considerado como uno de los creadores más relevantes de su generación. El artista de 38 años mantuvo un discurso antigubernamental durante los últimos meses, denunciando la represión que el Gobierno ha desatado contra sus colegas cubanos, especialmente desde el 27 de noviembre pasado. Estuvo residiendo fuera del país entre los años 2011 y 2015, y hasta le fue prohibida la entrada a la isla como consecuencia de unas declaraciones públicas que a las autoridades les parecieron particularmente incómodas.
Una conversación en un chat privado del grupo de artistas 27N en la aplicación Telegram le hizo saber que estaba siendo investigado por la Seguridad del Estado. En dicho foro, hizo la propuesta de marcar billetes bancarios con logotipos del Grupo San Isidro y el 27N, aunque la iniciativa nunca llegó a concretarse.
El Gobierno cree que el artista, con sus obras eminentemente críticas, «ha estado incitando y convocando a la realización de acciones de desobediencia civil en la vía pública, utilizando las redes sociales y la influencia directa sobre otros», como señaló la web estatal Razones de Cuba.
Su detención fue condenada por las organizaciones Human Rights Watch, PEN América y PEN Internacional, exigiendo su libertad incondicional, así como la de decenas de otros artistas, activistas y periodistas independientes dentro y fuera de Cuba como Lester Álvarez. El mismo aseveró que el único motivo detrás del arresto de Lavastida fue que este expresara «libremente su opinión sobre el autoritarismo del Gobierno cubano».
Cuando estuvo encarcelado en Villa Marista, se contagió de coronavirus y fue llevado a un centro de aislamiento sin que su familia lo supiera, además de que le denegaron cuatro cambios de medida cautelar y tres recursos de queja.


