Maylín, madre holguinera de un niño de 13 años, ha denunciado que el proceso de vacunación masiva para edades pediátricas que se está realizando en su provincia «es un verdadero caos». Profundamente indignada e iracunda, la cubana explicó que el vacunatorio habilitado en la Escuela Secundaria Básica (ESBU) Carlos Manuel de Céspedes de la ciudad cabecera siempre está rodeado por una multitud de estudiantes y padres que esperan en la céntrica calle Mártires, impacientes por entrar de una vez al inmueble y finalizar el martirio.
La estrecha acera queda siempre totalmente obstaculizada por la aglomeración resultante, donde es imposible respetar la separación de seguridad de un metro de distancia para evitar el contagio con el coronavirus.
La madre explica que el desorden está causado en gran parte por deficiencias de gestión de las autoridades de Salud en los altos y en los bajos niveles de organización.
Maylín cuenta que los estudiantes de la propia escuela y los del politécnico han sido citados para el mismo día.
El grupo poblacional de 11 a 18 años de edad ha sido el principal afectado por la desorganización institucional en el proceso de esta campaña de vacunación contra el virus de la COVID-19 en la provincia, cuyos 44 centros vacunatorios son insuficientes para afrontar la enorme cantidad de niños y jóvenes a inocular.
Como el Ministerio de Educación, impulsado por las altas instancias del Gobierno de la isla, ha dictado el pronto reinicio del curso escolar de forma presencial, la vacunación de personas en edades pediátricas se ha realizado de manera atropellada y caótica; lo que ha dado incluso mayor cantidad de argumentos a las críticas de los padres sobre esta decisión gubernamental, al exponer que los más jóvenes a un riesgo de contagio tan presente.
Angélica María sí logró vacunar a su hijo de 13 años en la propia entidad, pero concluyó el proceso sintiéndose muy nerviosa y molesta por las negligencias cometidas en cuanto a distanciamiento social. «Es mejor que la vacunación sea escalonada y que demore cuatro o cinco días, pero que se cumplan los protocolos», afirmó.
La ESBU Alberto Sosa, del reparto Pueblo Nuevo, presenta actualmente un foco de infección de la enfermedad, como confirma la madre Martha Estrella García Hidalgo.
Uno de los problemas organizativos radicó en que, cuando se convocó a los estudiantes y a sus tutores, no se tuvo en cuenta la matrícula de cada centro educativo, lo que muestra falta de conciliación entre las autoridades de Salud Pública y las de Educación. El resultado es que aparezcan 700 u 800 personas a primera hora de la mañana y que el proceso se paralice al mediodía por agotamiento del material dedicado para la jornada y del personal sanitario, como opina Pavel, padre también de un niño de 13 años.
El propio ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, aseguró hace 2 meses que la letalidad demostrada del virus en la provincia oriental hace que «el riesgo de morir en Holguín sea mayor que el de toda Cuba», situación que aún permanece y que fue provocada, según el oficialismo, por fracturas en el plan de contención y «no asegurar las medidas para que las personas no se enfermen».
Sin embargo, el primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz culpó al personal sanitario de llevar a cabo una «mala gestión», por lo que «está obligado a cambiar su sistema de trabajo».
Mayteé, residente del municipio holguinero Rafael Freyre, explicó que en la escuela homónima los itinerarios estaban retrasados por más de 3 o 4 horas, afectación causada, fundamentalmente, por falta de personal de atención suficiente. Cuando se cita a toda la matrícula de 4 escuelas para la misma jornada, es imposible que 20 personas puedan asumir todo el contenido de trabajo a un ritmo ágil, como aseveraron los padres.
Los mismos profesionales de la Salud del territorio han asegurado que la mejor estrategia a seguir consta de emplear los consultorios médicos y las áreas de salud para organizar el proceso.
Cuando el par estudiante-tutor ingresa en el vacunatorio, se le realiza una entrevista al niño, se le toma la presión, se precisa si es alérgico y se le observa cuidadosamente luego de la inoculación.
La subdirectora municipal de Higiene y Epidemiología en la provincia, Dr. Amalia Santos Pérez, explicó que la ciudad principal presenta actualmente una tasa de incidencia de 1439.86 personas por cada 100.000 habitantes, con cifras de contagiados en edades pediátricas que se duplican por cada mes que transcurre.
El municipio registró 284 casos positivos en las edades de entre 10 y 14 años y otros 452 en las edades de entre 15 y 19 años en el mes de agosto.
Como Cuba se mantiene con una de las tasas de incidencia más elevadas del mundo, muchos han sido los padres y tutores legales que se han resignado a no vacunar a sus niños, aún cuando esto también pone en peligro sus vidas.
