Díaz-Canel se pasea por la barriada del Fanguito, en La Habana, para «escuchar y resolver los problemas de la población»

Haciendo fiel homenaje a su propia marca personal, el presidente cubano y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), Miguel Díaz-Canel, dió ‘continuidad’ a su campaña de maquillaje político con una visita por el ‘marginal’ barrio habanero de El Fanguito.

El despliegue propagandístico oficialista fue operado para recomponer la mancha en el expediente que el gobernante se autopropinó cuando llamó a una guerra civil para reprimir las protestas populares masivas del pasado 11 de julio, por lo que, desde entonces, ha puesto empeño extra en hacer creer a la población que su Gobierno tiene interés por atender y cuidar al pueblo.

El mandatario visitó obras de reparación desarrolladas en la localidad de El Fanguito (municipio Plaza de la Revolución), según reportó el portal oficialista Cubadebate.

La cuenta de Twitter de la Presidencia reseñó el recorrido gubernamental por las obras constructivas que se están llevando a cabo en un Joven Club de computación, un consultorio médico, un vacunatorio, una escuela primaria y una secundaria, una bodega, un área para construir viviendas, y algunos parques y viales de la zona.

Muchos usuarios arremetieron contra la iniciativa estatal, pues aseguraron que de nada sirve realizar estas visitas si no son sorpresivas, para que no se dé tiempo a los líderes oficialistas locales a dar una mano de pintura a los problemas; aunque otros internautas señalaron que la intención gubernamental siempre ha sido mostrar la mejor cara de la sociedad (usualmente ficticia, montada), y avisar antes de una visita impediría lograr este objetivo.

La prensa estatal, como siempre, aseguró que el mandatario se había reunido con vecinos y dirigentes del territorio para intercambiar sobre las ofertas de trabajo y estudio para desvinculados laborales, la atención a las mujeres, las soluciones de drenaje ante las inundaciones, las viviendas, los viales y las obras sociales.

La ofensiva mediática dedicada a limpiar la malparada imagen pública del presidente no ha logrado satisfacer sus metas, pese a haber realizado visitas a la planta productora de oxígeno medicinal de La Habana (OXICUBA), a otros barrios insalubres donde estallaron manifestaciones multitudinarias (como La Güinera), y el supuesto diálogo entablado con mujeres, jóvenes, religiosos y otros sectores claves para dar a entender que ahora existe una recién definida ‘supertolerancia gubernamental’.

Sin embargo, las mayores críticas han sido dirigidas al no acercamiento estatal a los hospitales nacionales, los que todo el país conoce que se encuentran en una situación de colapso insostenible debido a la grave escalada que ha sufrido la pandemia del coronavirus en los últimos meses, dejando (oficialmente) más de 6.000 muertos.