En medios del colapso sanitario por la pandemia de coronavirus, una familia cubana de San Antonio de los Baños, Artemisa, lloró y enterró a un cadáver que no era el de su ser querido.
En ese occidental municipio cubano, una mujer identificada en Facebook como Mildre Insúa denunció las negligencias del personal que atiende a los fallecidos por Covid-19, y que le habían entregado un cadáver que no era el de su abuela.
«Me entregaron un cadáver que no era mi abuela, Dios mío, la lloramos y le dedicamos toda la familia el descanso en paz y resulta que al llegar a casa nos llega la verdadera familia del ser que enterramos y mi abuela, que pensamos que estaba allí, aún (permanecía) en la morgue», contó.
«Qué dolor tan grande, qué sufrimiento, y quién me responde por esto, NADIE, NADIE. Amigos les pido que como le sucedió a mi familia les puede pasar a la de ustedes y les digo de todo duele amigos, duele», afirmó desesperada.
Seguidamente, Mildre describe como tuvieron que desenterrar el cadáver que presuntamente pertenecía a su abuela, pero que en realidad era el de un hombre llamado Roberto Lázaro Rodríguez, cuya familia también estaba devastada por lo sucedido.
«Y después desenterrar y enterrar a mi abuela, miren qué dolor para las dos familias, Roberto Lázaro Rodríguez y mi linda abuela María Magdalena Almira te amo y te amamos Mimi», expresó la mujer.
En los comentarios que recibió la publicación varios internautas mencionaron que los muertos por COVID-19 son entregados a los familiares en ataúdes cerrados, lo cual trae consigo que no se pueda verificar que en realidad se trate de su ser querido.
Actualmente Cuba vive el peor pico pandémico del Covid-19, con casi un centenar de muertos diarios reconocidos oficialmente, aunque reportes de medios locales indican que el número es mucho mayor.


