A lo largo de los años se le conocieron varias parejas a Diego Maradona. Fueron muchas las mujeres que pasaron por la vida amorosa del «Pelusa». En ese sentido, hace poco se conoció la historia de amor y obsesión, que «El Diez» tuvo con Mavys, una joven cubana de 17 años a la cual conoció en La Habana, cuando estuvo internado por su adicción a las drogas.
Corría el año 2000, Diego Maradona llegó al país caribeño para poder internarse en el centro de rehabilitación La Pradera, en la capital cubana, en donde se iba a tratar por sus adicciones luego de haber tenido un colapso, en donde estuvo cerca de la muerte.
Diego arribó a la isla acompañado de Claudia Villafañe, de quien estaba separado hacía un par de años pero igualmente decidió apoyarlo en ese momento. Pero ni bien su ex mujer se fue, el «10» mandó a llamar a Laura Cibilla, su gran amor de entonces, para que lo acompañara.
Diego y Cibilla tenían muchas discusiones a causa de los celos y fue entonces cuando desde el entorno de Maradona intentaron cambiarle el malhumor y decidieron presentarle a una joven que se encontraba en el lugar acompañando a su mamá, quién trabajaba como mucama en el establecimiento turístico.

Primer encuentro entre Maradona y la joven cubana
El «Pelusa» ni bien la conoció quedó totalmente cautivado por su belleza. Su nombre era Mavys, una joven de 17 años muy bonita y tímida, pero nada pasó entre ellos. De hecho, tras ese primer encuentro ella regresó a su humilde casa de Matanzas, en donde vivía con su familia.
El campeón del mundo se obsesionó con ella y, según se reveló en una investigación hecha por Nancy Duré de la cadena argentina Teleshow, no aceptaría un no como respuesta. Pero la joven estaba en pareja y cuando la invitaron a reunirse con Diego, sólo aceptó con la condición de que estuvieran presentes su mamá, su abuela y su novio.
Sin embargo, al poco tiempo la cubana rompió la relación con su novio y comenzó a mantener un romance con Maradona.
Ya siendo su pareja formal, Mavys se instaló en La Pradera junto a Maradona. Y ambos pasaban largas jornadas encerrados sin que nadie los viera asomarse de la habitación. Pero esto, dicen, también tenía que ver con los celos del astro, que no quería que ningún hombre osara siguiera mirar a su chica. En una oportunidad, Diego había ido con ella a la disco Macumba Habana, donde terminó a las trompadas con alguien que le había dicho un piropo a la joven. Y fue a partir de ese momento que decidió hacer viajar a su seguridad a Cuba, como para no resultar lastimado cuando trataba de ahuyentar a los admiradores de su novia.

Ya en el 2001, Maradona tuvo que volver a la Argentina para su partido homenaje en la Bombonera y quería que Mavys lo acompañara en ese momento especial. Algo que era muy difícil de realizar, ya que el Gobierno cubano no les permitía dejar el país sin un motivo convincente.
Fue cuando al «10» argentino se le ocurrió hacer que la caribeña viajara en una valija. Hasta envió a sus allegados para que se encargaran de hacerle unos orificios al equipaje para que su novia pudiera respirar y viajar con comodidad.
No obstante, cuando Guillermo Coppola descubrió la locura que intentaba hacer su amigo y representado, se comunicó con el propio Fidel Castro, para pedirle que firmara el permiso correspondiente para que la joven pueda emprender el viaje hacia la Argentina.
Finalmente tras escuchar las súplicas e insistencia de Diego y teniendo en cuenta la buena relación entre ambos, el mandatario terminó aceptando la petición pero con la condición de que Mavys regresaría a la isla en 20 días.
Estadía de Mavys en la Argentina
Para evitar que se conociera el romance en los medios, la joven tuvo que mantenerse alejada de toda la movida maradoniana pero igualmente estaba hospedada en el mismo Hotel Hilton que Maradona. Tiempo después se supo que en Argentina ella aprovechó para realizarse una cirugía de aumento de busto.
El astro argentino estaba tan enamorado de la joven que incluso mandó a hacer unos paraguas con los colores de Boca y en el una leyenda que decía: “Mavys te amo”, de esta forma «sutil» le realizó un guiño a su enamorada.

Siempre esquivando los flashes, la muchacha llegó a una conferencia de prensa en compañía de un allegado a Diego. Pero debió salir del recinto rápidamente, cuando le avisaron que una cámara de televisión la había ponchado de casualidad.
Al poco tiempo Mavys regresó a Cuba. Por esos días cumplió 18 años y Diego la agasajó y le organizó personalmente una gran fiesta en un lugar muy exclusivo. De hecho, sólo era para militares y personalidades de la alta sociedad, el Havana Club. Tiempo después trascendió que incluso decidió ayudar económicamente a la familia de su novia.
Por último, se conoció una anécdota curiosa y verdaderamente extraña que sucedió previo a esa fiesta. Pelusa quiso regalarle a Mavys un gato, uno de los animales preferidos la joven, pero al allegado que se lo pidió solo entendió que quería un felino y terminó trayéndole un cachorro de león. A pesar de la confusión, Diego se encariñó con el animal y después lo devolvió por obvias razones.

La relación siguió hasta el año 2003 y fue paralela a la que el astro mantenía, a pesar de algunas intermitencias, con Cibilla. Es verdad que, por entonces, Diego también recibía a otras mujeres en La Pradera. Y Mavys lo sabía. Sin embargo, cuando apareció Adonay Frutos, la cubana que terminó haciendo público su romance con Maradona, la joven decidió ponerle fin a su historia de amor con él.
Hubo discusiones, pero no peleas de fondo. Así que entre ambos el cariño siempre se mantuvo intacto. De hecho, cuando en el año 2004 Maradona volvió a Cuba para hacer un tratamiento, Mavys lo fue a visitar. Y en los jardines de ese centro de salud mental en el que, finalmente, el astro pudo superar su problema con las drogas, los dos mantuvieron una charla que se extendió durante varias horas y en la que solo ellos saben qué fue lo que se dijeron.


