El presidente Miguel Díaz-Canel realizó una visita este 20 de agosto al reparto habanero La Güinera, tras el alzamiento de los habitantes de la barriada en las protestas civiles antigubernamentales masivas del pasado 11 de julio, justamente donde murió la única víctima mortal reconocida por el Gobierno durante la revuelta, Diuvis Laurencio Tejeda.
El mandatario realizó todo el recorrido por la localidad acompañado por una santera, y fue incluso hasta su vivienda.
Iliana Macías se posicionó como la portavoz oficialista en el barrio, siendo reconocida por el periódico estatal Granma, órgano de prensa oficial del Partido Comunista, como líder comunitaria y anfitriona de la visita gubernamental a la barriada periférica.

El diario contó que la «Madrina del barrio» presentó a Díaz-Canel ante sus deidades en su hogar, quien ha respaldado al oficialismo desde la década del 80, y quien declaró en el reportaje televisivo que su barrio está sufriendo transformaciones desde la visita del fallecido Fidel Castro en 1987. En aquella ocasión, el gobernante inauguró un círculo infantil e incentivó a los vecinos para construir sus propias casas.
Macías alegó: «Estuve todo el tiempo parada en ese balcón y de los cabecillas no conocía a ninguno (..) Este barrio es periférico, insalubre y marginal para quien se deje marginar, para nosotros es un gran barrio, de oportunidades, donde llegó la revolución y hemos visto todo lo que hemos hecho».

La religiosa también participó en una reunión de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en el barrio el pasado 12 de agosto, donde aseguró que la población tiene que luchar y lograr «que Díaz Canel no se sienta solo».
Muchísimos cubanos criticaron la sumisión de la santera cubana ante el Gobierno, como hizo la periodista independiente María Matienzo Puerto, la que la llamó «santera prestá» y manifestó indignación por manipular la religión para fines políticos, además de criticar el racismo institucional que el régimen cubano incentiva.
El periodista Jorge Enrique Rodríguez comentó al mandatario que la santería «le va a servir de nada», y sentenció el mismo destino para la santera que se afilió a las organizaciones de masas. Lo que calificó de «más #odioso», enfatizando el adjetivo, fue que todo «este paripé sacramental» tuvo lugar en uno de los barrios donde se llevaron a cabo las protestas del 11J, de la que salió herido de muerte un joven. Concluyó con una frase en yoruba, pendiente de traducción por las autoridades gubernamentales.
Por su parte, Héctor Luis Valdés Cocho, colaborador de ADN Cuba, dijo que el hecho es «una total falta de respeto a la religión yoruba y sus practicantes», tanto por Díaz-Canel como por la santera que colaboró.

La Presidencia de Cuba expresó en un tuit sobre el encuentro que el presidente amaneció en La Güinera «para establecer intercambio con las autoridades, actores locales y la población sobre el proceso de transformaciones que se emprende en la comunidad».
Diubis Laurencio Tejeda, el fallecido en las manifestaciones, recibió un disparo de un agente de la policía por la espalda, a solo unas cuadras de donde se fotografió el mandatario en su visita, aspecto resaltado por el periodista y académico José Raúl Gallego como una «falta de respeto a la gente de La Güinera y a toda Cuba».
El barrio, reclamado por el dirigente, fue reprimido por oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), la Brigada Especial Nacional (BEN) del Ministerio del Interior y paramilitares.
La cara oculta de la «madrina»
Sin embargo, la «madrina» tiene su cara oculta, pues según han denunciado algunos internautas en las redes sociales ella vive mantenida por sus hijos desde Italia, quienes le envían ropa para que la venda en el barrio.
«Iliana Macias Pulido, la señora vestida de Santo, es del reparto La Güinera, Arroyo Naranjo ella es chivatona, una descarada la conocen mucha gente de la zona, es revendedora, y no tiene licencia para vender. Vive de las remesas que recibe de Italia de su hija..es una gorda descarada ,llorona y de doble moral, una hipócrita. Siempre está llorando porque no tiene insulina para su diabetes y tiene además otras dolencias, mira aquí como le vendió el alma al diablo», denunció la activista cubana Diasniurka Salcedo Verdecia.


