Justo cuando Cuba atraviesa por una crisis de severo déficit de medicamentos (sobre todo de los necesarios para tratar la enfermedad del virus de la COVID-19), el telecentro Solvisión reportó que 15 personas en Guantánamo se hallan bajo investigación por presunto robo y venta ilícita de estos recursos.
El medio oficial informó que efectivos de las fuerzas del orden interior en la provincia decomisaron una gran cantidad de analgésicos, antibióticos como la amoxicilina y la azitromicina, antiácidos como la ranitidina, ansiolíticos y otra abundante variedad de medicamentos de la red nacional e importados desde Estados Unidos y Rusia, indicó el reporte.
Todas las personas que se han visto implicadas en los delitos están siendo procesadas en 8 casos de acaparamiento y comercialización ilícita de medicamentos.
El medio local televisivo precisó que los eventos trascendieron gracias a denuncias directas de la población y al estudio oficial de publicaciones en grupos de ventas en redes sociales.
Además, uno de los 8 casos policiales abiertos involucra un robo con fuerza en el hospital provincial guantanamero, en la ciudad cabecera.
Los culpables, en este caso, podrían ser sancionados con entre 3 y 8 años de privación de libertad en un centro penitenciario cubano, pues el reportaje destacó que para «los delitos de especulación y acaparamiento y actividades económicas ilícitas», las sanciones van desde los 3 meses al año de privación de libertad, o multas de 200 a 3.000 Pesos Cubanos (CUP).
De igual forma, se aclaró que los tribunales tienen la potestad de tomar medidas más severas por las circunstancias en las que vive Cuba.
En las 2 semanas posteriores a la autorización gubernamental de la libre importación privada (exenta de aranceles y sin límite de peso más allá del que dicte la aerolínea) de alimentos, medicamentos y productos de aseo (como equipaje acompañado), por el Aeropuerto Internacional de La Habana entraron 112 toneladas de artículos de primera necesidad.
Por su parte, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel ha insistido en culpar por todos los males del país al embargo norteamericano contra la isla y a la acción de los revendedores, por lo que volvió a lanzar una sanguinaria ofensiva contra ellos.
«Se acabó ya la contemplación en los territorios con la venta ilegal de medicamentos, eso no se puede permitir y más ná», expresó en reunión del Grupo Temporal de Trabajo creado para el enfrentamiento al COVID-19.
Notablemente molesto, Díaz-Canel criticó la «pasividad» de su gobierno ante el fenómeno de la venta de medicamentos en el mercado negro, fundamentalmente a través de las redes sociales, un tema que ha sido denunciado fundamentalmente por la población.
Mientras, la isla vive la peor etapa de la pandemia de coronavirus desde comenzada en marzo de 2020, registrando 9.772 nuevos contagios y 68 fallecidos (con 3 embarazadas y un niño de 9 años) en la jornada del lunes.
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