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«Ingresan para morir»: el coronavirus muestra las fallas del sistema de salud cubano

Aunque, por décadas, el sistema de salud gratuita y universal de Cuba ha sido motivo de orgullo para la nación caribeña, la pandemia del coronavirus ha llegado para exponer sus críticas deficiencias.

Cuando la isla se encuentra infestada por la variante Delta del virus, las más contagiosa y letal hasta el momento conocida, las cifras de nuevos casos positivos han superado las 9.700 personas diarias.

Mientras, los suministros de oxígeno y demás recursos indispensables para el tratamiento de pacientes con COVID-19 se han casi que agotado y la fábrica productora de este insumo está actualmente cerrada.

Las morgues, los crematorios y los cementerios están desbordados y ha habido denuncias de inhumaciones masivas en fosas comunes para poder dar sepultura a los cientos de cadáveres que resultan cada día en el país, y es que el pueblo ha demostrado que muchos mueren por no recibir atención médica.

Los hospitales apenas cuentan con recursos para hacer frente a la pandemia

Encima, el Gobierno y sus representantes, como el primer ministro Manuel Marrero Cruz, han insistido en que la responsabilidad por el colapso del sistema sanitario y por la pésima atención a pacientes es responsabilidad casi enteramente del personal médico y de su «falta de profesionalidad».

Este fin de semana, más de una veintena de profesionales sanitarios exigieron, por tanto, la dimisión de Marrero.

Debido a esto, y para sumar a las muestras inequívocas que Cuba ha vivido sumisamente por décadas bajo una dictadura, el Gobierno publicó una nueva ley sobre ciberterrorismo, la que ilegaliza el uso de las telecomunicaciones para divulgar material «ofensivo» y «falso» que perturbe el orden público o dañe el «prestigio» del país, suprimiendo así la mínima libertad de expresión que quedaba en Cuba gracias a las redes sociales y al Internet.

Aunque el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, reconoció recientemente que el país viene enfrentando la pandemia desde el límite de sus capacidades y que esta ha superado con creces al sistema sanitario nacional, culpó por todo al embargo estadounidense contra la isla.

El aumento de pacientes va comportándose de forma inversamente proporcional a la cantidad de profesionales sanitarios, medicamentos e insumos médicos para tratarlos.

Alexander Pupo, un médico holguinero de 31 años que perdió su residencia en neurocirugía el año pasado por criticar al Gobierno, aseguró gran cantidad del personal capacitado en Medicina en el país está o trabajando en el extranjero o de baja laboral (por contagio con coronavirus o por condiciones de salud que lo hace ser vulnerable, pues el otorgamiento de vacaciones fue suspendido).

Los cementerios de varias provincias han tenido que ser ampliados con urgencia para poder enterrar la cantidad de fallecidos que se suman por la COVID-19

Pupo se ofreció como voluntario para apoyar al enfrentamiento contra la pandemia, y contó que los pacientes en los hospitales están siendo ingresados «por puro protocolo, porque realmente no existe una disponibilidad de medicamentos para poder tratarlos» allí; es decir, que «se ingresan para morir, prácticamente».

A partir de ese momento, dijo que pueden pasar hasta 3 días para que se recoja su cuerpo.

Encima, muchos de los cerca de 30.000 médicos que se envían cada año a prestar servicios en el extranjero, han regresado este año durante sus vacaciones para apoyar el enfrentamiento a la pandemeia en la isla.

Cuba se encuentra viviendo una crisis general sin precedentes, una en la que confluyen tanto el factor sanitario como el económico, el político y el social.

El propio Díaz-Canel pidió este lunes que el oxígeno que se está distribuyendo en los hospitales del país, se administre con cuidado porque no es suficiente para todos.

Manuel A. Guerra Guerrero, médico de Buenaventura, aseguró que las personas se mueren en su hospital por falta de recursos, pues él y sus compañeros están allí sin poder hacer casi nada. Aseguró que su centro se halla sin pruebas de COVID-19 y sin vendajes, y que los medicamentos se suelen pedir como donación vía Facebook.

La escasez de oxígeno medicinal en los hospitales se ha convertido en la mayor preocupación del momento para el Gobierno

El Gobierno va metiendo a los pacientes en lugares inhabilitados para albergar a nadie y, cuando estos mueren, sus certificados de defunción registran embolias pulmonares o cosas así en vez de coronavirus como causa de muerte.

Expertos han estimado, gracias a estas muestras de que las autoridades cubanas subregistran sus muertes, que la verdadera cifra de fallecidos por el virus en la isla sea de alrededor de 4088 muertos.

Ante el colapso de capacidad y las inminentes averías de sistemas equipados con recursos viejos y vulnerables, el sistema necrológico nacional también se ve en las últimas.

Aunque el Gobierno cubano insista en que la tasa de mortalidad irá decreciendo a medida que se vaya vacunando a la población, el país sufre un grave déficit de jeringuillas para administrar las dosis de los candidatos vacunales y vacunas aprobadas cubanas.

Arachu Castro, profesora de la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de Tulane, ha asegurado que Cuba implementó una de las mejores estrategias en América Latina durante las primeras etapas de la pandemia, pero el país entró en crisis cuando permitió la entrada de turistas y los números han empeorado desde entonces con cada celebración tradicional, como el Día de las Madres.


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