El hospital Arnaldo Milián Castro de Santa Clara recibió, en la madrugada de este domingo, una rastra cargada con balones de oxígeno, custodiada por patrullas. Los recursos recién llegados serán empleados en la batalla contra el coronavirus en el centro sanitario.
Son muchísimos los ciudadanos de la isla que denuncian la escasez de oxígeno en hospitales y centros de aislamiento, en el peor escenario que la pandemia ha visto desde que llegó a Cuba.
Anabel Díaz, decana de la Facultad de Ciencias sociales de la Universidad Central de Las villas (UCLV) y “revolucionaria 100%”, escribió en Twitter el «trabajo sin descanso» que se realiza en la institución hospitalaria para la atención a los casos más graves y a los que sufren complicaciones después de superar la COVID-19, junto a lo que compartió imágenes de la operación de descarga de los balones de oxígeno en la misma se desempeñaron trabajadores del centro y agentes de la policía y del Ministerio del Interior (MININT).
El periodista Pedro Jorge Velázquez celebró en Facebook el retrato, lo que consideró como el «verdadero rostro» de las fuerzas represivas cubanas: servidores públicos al servicio de la ciudadanía.
El internauta Reinier Alejandro también publicó fotografías de la operación, asegurando que el camión fue descargado «sobre los hombros de esos mismos combatientes – Teniente Coronel incluido-«.
El arribo de la rastra cargada de insumos médicos constituye, para los defensores del actual sistema político cubano, un intento de lavado de imagen a la gestión ineficiente que se ha tomado ante una crisis sanitaria nacional y a los cuerpos de represión. Ello se evidencia desde la rapidez con la que se replicaron las publicaciones, indicando una voluntad de manipulación propagandística ya latente en la estrategia comunicativa del Gobierno.
Al tratarse de una operación logística que debería ser regular, algo que se consigue sin formar alboroto en muchos países, las autoridades decidieron transformarlo en un espectáculo para demostrar que el reabastecimiento es un hecho y que la población debe permanecer tranquila.
