Las 112 toneladas de productos donados por exiliados cubanos que llegaron a Cuba en las semanas posteriores a la histórica ola de protestas populares masivas del 11J, han ayudado, en la medida de lo posible, a que muchas familias se reabastezcan.
Gracias a la reciente disposición gubernamental que permitió la importación libre de aranceles de productos de primera necesidad (como alimentos, medicamentos y aseo), la comunidad de cubanos en España se ha movilizado para enviar a la isla todo tipo de artículos en donación a personas necesitadas, debido a la profunda crisis general que vive Cuba en la actualidad, marcada por una severa escasez.
Marilys Colarte, una de las voluntarias de la red de ayuda inciada en Madrid, viajó a la isla con 2 carritos llenos de suministros médicos. La cubana de 52 años pudo abordar el avión rumbo a La Habana con 100 kilogramos de víveres, como producto de una gran recolecta.
El estallido social del 11 de julio, el que marcó un antes y un después en la historia de Cuba, exigió cambios políticos y económicos urgentes, como la solución a los problemas de escasez, los cortes de energía y la falta de libertades civiles, para lo que el Gobierno se encuentra realizando concesiones.
La medida de permitir la libre importación de artículos de primera necesidad llegó tras meses de severo déficit de estos y del agonizante sufrimiento del pueblo, por lo que su efecto se notó tardío y limitado, debido a la baja cantidad de vuelos a la isla que han quedado tras las restricciones por la pandemia del coronavirus.
Enrique Guzman Karell declaró preocupación porque la amplia comunidad cubana de Florida podrá ayudar, pero de forma muy pausada, debido a los solo 3 vuelos que han quedado entre Estados Unidos y Cuba, luego de años disfrutando de 50 vuelos semanales.
Contó que él y el resto de los voluntarios actualmente tienen que viajar primero a Madrid porque desde allí hay más vuelos, pero este constituye un viaje absurdo y muy caro teniendo en cuenta que solo se realiza para entregar ayuda humanitaria.
Los voluntarios clasifican, en una iglesia de Madrid, las cajas de envíos para las provincias cubanas, donadas por hospitales, farmacias y particulares.
Massiel Rubio Hernández, de 37 años, editora y organizadora de Ayuda Humanitaria Cubana, comentó que las personas envían solicitudes de medicamentos mediante mensajería en línea, enviando la receta de medicamentos que algún que otro familiar necesita. Por ello, la organización ha enviado, durante las últimas 3 semanas, una tonelada de fármacos y otras ayudas.
Hilda Landrove, estudiante cubana que integra otro grupo de voluntarios en Ciudad de México, dijo que fundamentalmente mandan antibióticos y medicinas que combaten el coronavirus por la absoluta escasez actual.
Mientras, la cantidad de casos no hace más que aumentar, y los galenos recetan especialmente azitromicina, aunque saben que las farmacias estatales no se abastecen de ese medicamento hace muchos meses. El mercado informal, por su parte, ubica los precios en alrededor de 1.200 Pesos Cubanos (CUP) por tratamiento con antibióticos, lo que muchísimos trabajadores del Estado no se pueden permitir.
La escasez era un fenómeno existente antes de la pandemia, pero se ha agravado con la llegada de la enfermedad. Muchos intercambian fármacos a través de las redes sociales o usan remedios homeopáticos.
Los voluntarios se consuelan con el hecho de enviar algo, algo la escasez no se resuelva con sus envíos.
