«Vi colas de 20 y más horas, personas muriendo en los pasillos»: la terrible experiencia en un hospital de una profesora universitaria cubana en Villa Clara

Ana Iris Díaz Martínez, profesora universitaria, comentó este miércoles que atestiguó «lo que nunca hubiera deseado ver: el colapso de nuestro sistema de salud» sobre la crisis sanitaria que experimenta la isla.

Díaz escribió en la red social Facebook que nunca hubiera pensado que en Cuba murieran personas «por falta de atención médica». Por tanto, expresó su preocupación por lo que presenció en la consulta de IRA del policlínico Marta Abreu.

«Presencie colas de 20 y más horas, personas muriendo en los pasillos, vi morir a una anciana después de varias horas de espera y cuatro días sin test de antígeno ni PCR. Sencillamente, vi lo que nunca hubiera desead ver: el colapso de nuestro sistema de salud. A ello se suma la presencia de dos o tres médicos y una cola de más de 80 personas», escribió en la citada red social.

La profesora, docente de la Universidad Central de Las Villas, hizo un llamado a «tomar cartas en el asunto muy pronto porque el derecho a la vida es lo primero», y justificó su denuncia por su creencia en la llamada Revolución cubana.

Dijo que abraza el proyecto social nacional en sus esencias y valores, luchando a su favor desde muy joven, dirigiendo «procesos importantes desde la honestidad y el alto sentido del deber» y, por tanto, dijo tener el derecho de expresar su pensamiento y sus opiniones.

Entretanto, unos trabajadores de la Salud cubanos pidieron ayuda vía Twitter desde una zona roja en Ciego de Ávila, en aras de conseguir un botellón de oxígeno.

Un médico, que se identifica en Twitter como @doctor_darito, mencionó que los abuelos de su esposa, doctora también, son casos positivos de coronavirus, y es por eso que necesitan un botellón de oxígeno, «ya sea prestado o pagando». Recalcó que, desde su posición como profesionales sanitarios desempeñándose en una zona roja, en esta ocasión son ellos los que deben pedir ayuda, «en vez de brindarla».

Radio Televisión Martí informó que un activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en la ciudad de Guantánamo, Henry Couto Guzmán, estuvo ingresado desde el 30 de julio con COVID-19 en el hospital provincial Doctor Agostinho Neto.

El activista dijo que se mantuvo dos días a la espera de una cama en los pasillos del hospital, y fue testigo de varios fallecimientos a causa de falta de oxígeno y de medicamentos. Destacó que las autoridades sanitarias registran que esas personas mueren por paros respiratorios, no por el virus.

El trabajador por cuenta propia José Carlos Fernández reportó desde Ciego de Ávila que los pacientes del hospital general Antonio Luaces Iraola «están muriendo en las camillas, tirados en los pasillos. Los fallecidos llegan a ponerse rígidos porque pasan horas y no vienen a recogerlo de la funeraria».

Desde el hospital Roberto Rodríguez, en Morón, la periodista Dairis González Ravelo refirió que allí «comparten un balón de oxígeno hasta cuatro personas» y que «resolver una cama para un ingreso cuesta 1.000 pesos».

También en Matanzas, el hospital Iluminado Rodríguez, de Jagüey Grande, colapsó por falta de disponibilidad de camas, de acuerdo con lo que dijo Martha Lisset Sánchez Solís, directora del medio independiente El Cocodrilo Callejero.

El periodista independiente Alejandro Tur Valladares comentó desde Cienfuegos que el déficit de medicinas es radical y que la única forma de adquirirlos es «por fuera y pagando».

Radio Televisión Martí también comunicó el testimonio de la activista Diazniurka Salcedo desde el municipio de Alquízar, en Artemisa, alegando que «ya esto rebasó todos los límites» por la falta de fármacos.

El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) lamentó, en su parte correspondiente a este miércoles 98 decesos, cifra diaria más alta de este índice, a la vez que la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) celebró una caravana en la capital, en la mañana de este jueves, previendo cualquier rebelión social que pudiera haber provocado el aniversario 27 del «Maleconazo», como es conocido popularmente.