Joe Biden, presidente de Estados Unidos, comparecerá en la tarde de este viernes con líderes cubano-estadounidenses en la Casa Blanca con el propósito de discutir acerca de las recientes protestas en Cuba, además de analizar la imposición eventual de nuevas medidas y la posibilidad de ofrecer un servicio de Internet (independiente al estatal cubano) a la población de la isla.
A 3 semanas de las históricas manifestaciones del 11 de julio, el mandatario norteamericano se ha tomado en serio la implantación de sanciones concretas contra el régimen cubano, luego de que este reprimiera a los miles de cubanos que tomaron las calles de más de 50 localidades en toda la isla.
Las multitudinarias protestas surgieron por el hartazgo de la población cubana por la seria crisis general que sufre Cuba en la actualidad (dígase la severa escasez de alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad, los constantes cortes de energía de los últimos meses, etc), pero terminaron siendo una ola de revueltas pacíficas contra el Gobierno y su modelo económico y político.
Uno de los representantes de la comunidad cubana en Estados Unidos a favor de la causa libertadora del pueblo en el isla que se reunirá con Biden es Yotuel Romero, uno de los autores e intérpretes del himno opositor «¡Patria y vida!», además del CEO de la empresa eMerge Americas, la fundadora del Miami Freedom Project y el exalcalde de Miami: L. Felice Gorordo, Ana Sofía Peláez y Manny Díaz, respectivamente.
La administración estadounidense no dió mayores detalles sobre los temas a discutir y estudiar en la reunión, más allá de las posibles sanciones a imponer sobre el Gobierno cubano y la urgente necesidad de proveer a la población de la isla con un servicio de Internet estable y libre de censura.
El oficialismo cubano se ha hecho un hábito de limitar y bloquear el acceso a Internet cada vez que se produce algún tipo de revuelta en la isla, como medida para cortar la comunicación entre los manifestantes, evitar la organización, convocatoria y masivización de los disturbios, y controlar la narrativa divulgada para el público interno y externo. El apagón de conectividad duró casi 2 semanas desde sucedidas las protestas del 11 de julio.
Ron DeSantis, gobernador del estado de Florida, es uno de los tantos representantes norteamericanos abogando por la búsqueda de un solución para estabilizar este servicio en Cuba, llegando a sugerir incluso el empleo de globos para que sirvan como puntos de acceso de Wi-Fi.
Álvaro López Miera, ministro de las Fuerzas Armadas de Cuba, y la Brigada Especial del Ministerio de Interior («boinas negras») fueron sancionados la semana pasada por el Gobierno de Biden por ser los principales responsables de la brutal campaña represiva desplegada contra los manifestantes pacíficos.
El Estado cubano ha sido gravemente criticado y condenado por organizaciones internacionales por las violentas acciones ordenadas, y este ha respondido alegando que la mayoría de los protestantes eran «delincuentes» que aprovecharon la caótica situación para generar disturbios, pues, de hecho, varias protestas se tornaron vandálicas con saqueos, robos y enfrentamientos con las fuerzas represivas oficialistas.
El Tribunal Supremo ya ha procesado a 59 personas en 19 juicios, aunque organizaciones independientes estiman que se dieron más de 600 detenciones.
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