En La Habana ya ha iniciado la distribución de los módulos de alimentos gratuitos donados por los Gobiernos de México, Rusia, Nicaragua y Bolivia como ayuda humanitaria hacia un país que sufre una intensa crisis general, gesto que el Gobierno cubano está aprovechando para aplacar el gran descontento popular que llevó a los cubanos a lanzarse a la calles y llevar a cabo las protestas civiles más grandes sucedidas en la isla en más de 60 años.
El Noticiero Nacional de la Televisión Cubana informó que las primeras entregas se harán en el municipio La Lisa, cuyos módulos constarán de spaghettis, frijoles chinos, arroz, y azúcar por núcleo familiar.
El Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) indicó desde su perfil de Facebook que el Estado cubano se hará cargo de los gastos de transportación asociados a las donaciones.
Betsy Díaz Velázquez, titular del organismo cubano, precisó que disímiles zonas del país también serán beneficiarias de la entrega de estos donativos, y se entregarán a medida que el resto llegue a la isla.
Pinar del Río fue la primera provincia en iniciar el proceso de distribución de productos (con latas de carne rusa), y Matanzas será la siguiente (a partir del 3 de agosto), luego Ciego de Ávila (5 de agosto), Santiago de Cuba (8 de agosto) y Holguín (10 de agosto), siendo Guantánamo e Isla de la Juventud los territorios que se incorporarán a la tarea desde el día 15.
La harina de trigo donada por México fue transportada a la provincia de Sancti Spíritus para reforzar la producción de panes, galletas y otros derivados en el territorio, los que serán comercializados a un costo menor.
El municipio cienfueguero de Cumanayagua será el favorecido con el cargamento de aceite.
Aliados del Gobierno cubano enviaron estos donativos a la isla, lo que para las autoridades cubanas ha significado un intento por amansar las fuertes tensiones que a nivel social experimenta el país a partir de las manifestaciones del 11 de julio, incentivadas por la escasez de productos básicos y alimentos y por la situación epidemiológica.
Rusia donó dos aviones cargados con 88 toneladas de comida y un millón de mascarillas como protección contra el coronavirus, y México envió dos buques de la armada llenos de aceite comestible, harina de trigo, medicinas e insumos médicos.
Las autoridades cubanas insisten en que la distribución de los donativos es transparente, a raíz de varios comentarios y críticas respecto a la venta del aceite que entregó el año pasado el Programa Mundial de Alimentos.
El gasto del transporte, según reporte, también está siendo asumido por el Estado, evitando así señalamientos como los de 2017, año en que a los damnificados por el huracán Irma se les cobraron los correspondientes donaciones con base en una Resolución (645/2017) aprobada de urgencia.
La medida estipulaba que no serían totalmente gratuitos los donativos que arribaran a la isla para los afectados por catástrofes naturales, sino que se les cobrarían los costos de distribución y transporte.
Por este motivo, el Gobierno excusó la venta de ropa de segunda mano y de productos como cocinas y colchones, además de comida a precios «módicos», a todos aquellos residentes en Centro Habana que perdieron todas sus pertenencias a causa de la inundación de sus viviendas. Luego de oleadas de críticas, el Estado se retractó días más tarde y no cobró por las donaciones.
