El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos liberó a Heriberto Delvalle, nacional cubano, luego de más de 11 años de reclusión.
Este hombre de 72 años de edad se ha quedado totalmente en la calle, sin dinero y sin trabajo. Ahora reside en un albergue para indigentes, alegre al menos de estar libre y ya no preso en el centro de detención para inmigrantes Krome.
El diario El Nuevo Herald reportó que el cubano fue puesto en libertad en enero de 2021, y ha permanecido desde entonces en Camillus House, uno de los mayores refugios para indigentes de Miami.
Delvalle ha tildado de «purgatorio» al centro de detención de ICE donde residió por tantísimo tiempo. También estuvo preso en Estados Unidos por 15 años desde 1994 tras haber disparado al hermano de un conocido, sirviendo condena por «intento de asesinato».
En cuanto fue liberado tras cumplir su sentencia, pasó directamente a estar bajo la custodia de ICE, pasando gran parte de ese tiempo en régimen de aislamiento.
Por ello, las autoridades cubanas no aceptaron su deportación y el Gobierno norteamericano posibilita que individuos calificados de «peligrosos» permanezcan el tiempo “necesario” bajo custodia de ICE.
Por su parte, ICE argumentó que Delvalle estaba aquejado por una enfermedad mental, padecimiento que ha sido refutado reiteradamente por Delvalle y sus abogados. Los documentos federales obtenidos muestran que Delvalle fue diagnosticado en marzo de 2012 con un trastorno delirante de tipo persecutorio y un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
En una entrevista con el Herald, Delvalle desafió su diagnóstico de salud mental por parte del equipo médico de ICE, diciendo que él es «solo paranoico porque pasó cinco años y medio en aislamiento de ICE».
Los internos y los guardias comenzaron a llamarle “abuelo” dada su permanencia tan prolongada en Krome.
En los primeros momentos de su estancia en el hogar para indigentes fue considerado una especie de espía por algunos de sus residentes, pero la realidad era muy diferente.
Uno de los defensores de esta idea era otro cubano llamado Rolando Guedez, quien apuntó que tenía sentido en su momento, pues esa es «la primera conclusión que sacas cuando escuchas que el tipo que duerme en la litera de al lado fue encerrado por el ICE durante tantos años».
Guedez, quien también estuvo retenido por tres meses en ICE, señaló que «es como un destino retorcido» el hecho de encontrarse otra vez.
Ya con una edad muy avanzada, el cubano solo le resta ver pasar la vida sin poder hacer mucho para marcar la diferencia.
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