Con el objetivo de exigir el cierre inmediato de la cuenta oficial del mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, una serie de congresistas republicanos estadounidenses enviaron una misiva a Jack Dorsey, director ejecutivo de Twitter, justificando su demanda con el explícito llamado a la violencia que el gobernante emitió el domingo 11 de julio para reprimir las protestas civiles desatadas en toda la isla.
Los 11 congresistas que firmaron la carta expresaron su «gran preocupación por la aplicación inconsistente de Twitter de sus propias reglas», debido a la no censura o sanción de la incitación gubernamental cubana.
Los legisladores republicanos recordaron en el texto que el Gobierno federal estadounidense tiene gran influencia en la regulación de las redes sociales.
Yesterday, I sent a letter to @Twitter CEO Jack Dorsey regarding the platform’s amplification of Cuban president Diaz-Canel’s dangerous messages, despite its “public interest framework.” pic.twitter.com/SYjK6r2Dlo
— Congresswoman Kat Cammack (@RepKatCammack) July 17, 2021
Exigieron entonces el bloqueo de su cuenta, medida ya antes aplicada a figuras como el expresidente Donald Trump, pues aseguraron que se está «utilizando Twitter para amplificar las acusaciones falsas de Díaz-Canel, entre las que se incluye describir a los manifestantes como ‘contrarrevolucionarios, vendidos al gobierno de Estados Unidos’».
En el caso de Trump, su cuenta fue clausurada por considerarse que sus llamados fueron responsables por el asalto al Capitolio en el mes de enero pasado, aunque los propios directivos de la red social han reconocido haber querido aplicar la medida desde mucho antes.
Esta suspensión tuvo carácter permanente y se implementó cuando Trump aún cumplía con funciones presidenciales, una normativa sin duda polémica, pero justificada con que sus mensajes durante la campaña y las jornadas electorales eran fraudulentos e incitadores a la violencia.
Díaz-Canel comunicó vía Twitter mensajes como el de «evitaremos la violencia revolucionaria, pero reprimiremos la violencia contrarrevolucionaria», excusando la ola represiva que desató contra los manifestantes civiles cubanos.
La #RevoluciónCubana no va a poner la otra mejilla a quienes la atacan en espacios virtuales y reales. Evitaremos la violencia revolucionaria, pero reprimiremos la violencia contrarrevolucionaria. Quien ataca a los agentes del orden ataca al país #SomosCuba pic.twitter.com/7lLPk30wcV
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) July 12, 2021
Encabezados por el representante cubanoamericano Mario Díaz-Balart, los legisladores Kat Cammack, Louie Gohmert, Nehl P. Dunn, Mariannette Miller-Meeks, Barry Moore, Burgess Owens, Nicole Malliotakis, Dan Bishop, Michael Waltz y Claudia Tenney recordaron a la directiva de Twitter que el Gobierno cubano censuró el acceso a Internet y a las redes sociales en toda la isla (ordenanza aún efectiva), pero el presidente ha mantenido todo tipo de conexión a las redes y ha utilizado su cuenta para lanzar «acusaciones unilaterales contra los manifestantes en Cuba».
Apuntaron que esta acción debería ser sancionada por violar numerosas cuestiones legales y de derechos humanos, por lo que seguidamente cuestionaron a la red social si estas inmorales disposiciones del Gobierno cubano se alinean con su «marco de interés público».
En el momento de la cancelación de la cuenta de Donald Trump, la directiva de Twitter explicó que está terminantemente prohibida la incitación a la violencia en su plataforma y la infracción de sus reglas de uso.
Primeramente, Twitter había advertido al expresidente sobre el posible cierre de su perfil con el bloqueo de algunos de los tweets publicados en la jornada del asalto al Capitolio y con el bloqueo posterior de su cuenta por 12 horas.
Aunque esos mensajes no contenían expresiones explícitas sobre las cuestiones infractoras, se determinó que violaban «la Política de exaltación de la violencia por el contexto en el que fueron publicadas».


