El célebre cantautor cubano Silvio Rodríguez desmintió en su blog Segunda Cita que los artistas que se han pronunciado a favor de su pueblo y contra la violencia en el país se hayan automáticamente desvinculado y hayan condenado a la Revolución, sino que la prensa opositora ha sido la que ha hecho creer esto.
El reconocido músico tildó de «cínicos» a todos aquellos que han divulgado que «la revolución es violencia», pues aseguró que ellos fueron los primeros que circularon y viralizaron mensajes de incitación al odio.
No solo han sido artistas cubanos e internacionales los que han apoyado la causa de libertad del pueblo cubano, sino también deportistas, políticos, influencers, etc, los que también han exigido que cese de inmediato la campaña represiva gubernamental que ha arrasado con los manifestantes.
Tanto jóvenes como consagradas, varias personalidades del arte cubano renunciaron por esta causa a su membresía en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la Asociación Hermanos Saíz (AHS), entre otras organizaciones oficialistas del tipo, al igual que cancelaron su participación en eventos de corte institucional, como protesta por su silencio y complicidad con la represión de los manifestantes.
Esta es una rara ocasión donde el ilustre trovador cubano ahondó en su blog sobre un tema polémico en particular (habiendo abordado las protestas civiles desde que sucedieron el pasado domingo 11 de julio), excepción a su regla de ser breve y comentar levemente sobre estos asuntos, solo y cuando sus foristas aluden a ellos.
Aunque se ha manifestado indirectamente como defensor acérrimo de la Revolución y del Gobierno, evitó condenar de forma explícita tanto las protestas populares como el llamado a la violencia del presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
Hizo hincapié, sin embargo, en la pésima repercusión que tendrán ambas las protestas y las campañas represivas gubernamentales en las cifra de la pandemia del coronavirus, señalando que haciendo tanto caso a lo político, parece que a todo el mundo se le olvidó que vivimos en medio de una pandemia.
Con su labia característica, Rodríguez reconoció que estas revueltas ocurrieron por ineficiencias y problemas de gestión, dificultades anunciadas y denunciadas que no habían sido siquiera atendidas, pero que «los extremistas y los triunfalistas a ultranza de siempre son también nuestros enemigos», alegando que muchos «corazones nobles» se vieron envueltos en las artimañas de la oposición. No obvió responsabilizar al Gobierno de Estados Unidos y a su embargo económico por los males de la isla.
Silvio se mostró en contra de la violencia y aseguró que «nuestro país continuará como hasta ahora, sin desaparecidos ni ‘falsos positivos'», para concluir con el sello del discurso oficialista: «Abajo el bloqueo asesino».
El controvertido compositor, justamente, había publicado en mayo que «los escandalitos se van a acabar el día que se legalicen las protestas. Protestas autorizadas. Socialismo democrático. Y la Policía cuidando a los que protestan para que ejerzan su derecho», al comentar sobre la represión de una pequeña protesta pacífica sucedida en la calle Obispo (Habana Vieja) que se solidarizaba con la huelga de hambre de Luis Manuel Otero Alcántara.
