El Gobierno de Cuba ha desplegado toda una campaña represiva contra tuiteros e influencers nacionales y contra las redes sociales, luego de que estas jugaran un importante papel en la germinación de las protestas civiles desatadas el domingo 11 de julio en todo el país.
La brutal represión del estallido popular causó la manifestación pacífica de numerosos tuiteros e influencers que terminaron siendo detenidos por las fuerzas policiales cubanas.
Muchos internautas han tildado esta acción como un intento de «escarmiento» del Gobierno hacia la población para desalentar futuras protestas.
El estudiante habanero de la carrera de Medicina de 21 años de edad Ariel González Falcón, fue detenido el mismo domingo en las primeras manifestaciones sucedidas en la capital. Allegados de este popular influencer, conocido en redes como Yo Uso Mi Nasobuco (con casi 30.000 seguidores en Twitter), denunciaron su arresto.
Momento en el que detienen de forma violentísima a @YoUsoMiNasobuco por el simple hecho de haber salido al Malecón a manifestarte de manera pacífica.Ariel, representas todo a lo que ellos temen, buen hermano, buen amigo y con un corazón que no cabe en la isla. #FreeArielFalcon pic.twitter.com/Z0YMfnaBtk
— Yo Uso Mi Nasobuco #SOSCUBA (@YoUsoMiNasobuco) July 15, 2021
Como ha transcurrido casi una semana de su detención y aún no ha sido liberado, se ha emitido una campaña mediática para exigir su liberación, identificada con la etiqueta #FreeArielFalcón.
Su hermano, Arnaldo Trujillo Falcón (de 29 años y residente en Madrid), aseguró que Ariel fue arrestado cuando salió «a pedir medicinas, alimentos, vacunas y libertad de expresión», pero 3 policías (vestidos de civil) «lo tiraron al suelo y lo golpearon, y le quitaron el móvil».
A pesar de las perseverantes gestiones, su familia no ha conseguido verlo o saber el número de su caso penal; solo fueron informados de que Ariel estará retenido por 4 días más.
La youtuber cubana Dina Stars (Dina Correa Fernández) también fue recluida el martes por la Seguridad del Estado bajo cargos de «instigación a delinquir», mientras concedía una entrevista en directo con una televisora española. Fue liberada 24 horas después.
Mi madre desde sus estados que es lo único que maneja les manda consuelo a todos los padres y madres que hoy sufren no tener a su hijo al lado ? #LibertadParaCuba pic.twitter.com/HYnKkFRWLe
— Dina Stars ? (@Dinastars_) July 16, 2021
El Ingeniero, conocido tuitero cubano, aseguró que las autoridades del país han notado «la gran influencia de los jóvenes y está tratando de cortar o minimizar esa influencia».
A esta sospecha de sanción correccional se suma el apagón de conexión a Internet que el Gobierno ha mantenido de forma intencional por más de 5 días, con especial bloqueo para las redes sociales (acción a la que las autoridades no han encontrado justificación).
Esta medida fue reconocida en televisión nacional por la propia periodista oficialista Arleen Rodríguez Derivet, una de las figuras más importantes de la prensa nacional.
El discurso gubernamental se ha centrado en denunciar que en las redes se está organizando una campaña contra Cuba, promocionada desde Estados Unidos para causar el descontento en la población.
Un usuario especializado en Twitter, Rafael Santos (habanero de 36 años) comentó que las autoridades cubanas se han concentrado en debilitar la influencia de los tuiteros porque las redes constituyen «un medio que ellos no pueden controlar».
Precisamente, fue la etiqueta #SOSCuba (compartida y viralizada hace unas semanas en la isla y en todo el mundo) la que influyó grandemente en la furia y la desesperación de los cubanos que salieron a manifestarse, pues esta denunciaba y pedía ayuda para reparar el colapso del sistema sanitario cubano y los múltiples y severos estados deficitarios en el país (de medicamentos, de alimentos, de productos de aseo, etc).
Esta y todas las iniciativas parecidas han sido rechazas y negadas por el Gobierno, pero han servido para que este identifique a los influencers como responsables de incitar a las protestas.
Santos alegó que como «no están acostumbrados a que exista desobediencia civil», solo les queda infundir el miedo.
Como todos los medios de comunicación en Cuba están fuertemente controlados por el Estado, las redes (y los memes) son la única opción que queda para hablar libremente (desde el anonimato, por supuesto).
Los jóvenes han defendido el criterio de que ya no resulta nada creíble la afirmación de que los tuiteros cubanos han sido pagados por el Gobierno estadounidense para incitar al odio y a la violencia, sino que estos muchachos solo hablan desde su experiencia personal y desde las dificultades que el pueblo cubano sufre.
Todos los tuiteros han asegurado que mantener la presión mediática en este momento es fundamental, pues las autoridades continúan cometiendo errores y cada vez los cometen más seguido: «lo único que nos queda es gritar, es escribir ‘SOS’».
