Los tantísimos cubanos que huyeron de la isla con el triunfo de la Revolución de Fidel Castro, hace más de 60 años, y que toda la vida han pretendido regresar a su hogar desde el exilio, ven hoy una gran posibilidad de hacer este sueño realidad gracias a las recientes revueltas antigubernamentales del pueblo cubano, las que han despertado la mayor esperanza habida del fin del Gobierno comunista en la isla.
El asilo de ancianos Pointe of North Gables fue la sede este jueves de una pequeña movilización espontánea de exiliados cubanos en Florida, donde personas de pie, con bastones y hasta en sillas de ruedas ondearon banderas cubanas y celebraron que esta es la primera vez en 62 años que existe algún indicio sobre el derrocamiento del sistema castrista en la isla y la espera de ver una Cuba libre.
Andrés Torres (77 años) contó cómo llegó a Estados Unidos en 1961, cuando apenas contaba con 16 años de edad y pensaba que su estancia en el país norteño iba a ser temporal. Se prometió a sí mismo en ese momento que volvería a Cuba, pero nunca lo ha hecho.
#Voices from #SOSCuba: At The Pointe of North Gables Assisted Living Community they came out in walkers and wheelchairs with an energetic burst of Cuban flag-waving while chanting: ‘Patria y Vida’. (THREAD) pic.twitter.com/h2btOGDNS7
— Christina Boomer Vazquez (@CBoomerVazquez) July 15, 2021
Allá construyó su vida: su carrera, su trabajo, su familia. Programador de computadoras, Torres tuvo 2 negocios y 3 hijos.
Contó que habló hace poco con un primo hermano que se quedó en la isla y con quién no había contactado en 60 años, y la llamada le causó más tristeza y angustia que si hubiera dejado las cosas como estaban, pues la situación del país que le fue descrita le provocó el llanto.
Torres se ha esperanzado nuevamente con volver a Cuba para pasar sus últimos años de vida, tras la ola de protestas populares desatadas el domingo (la mayor muestra de rebeldía del pueblo cubano desde la toma de poder de Fidel Castro).
Terrie Martínez sufre una escena parecida, habiéndose exiliado en Estados Unidos cuando tenía 4 años y habiendo siempre querido volver. Narró cómo la poca familia que le queda en Cuba está sufriendo de hambre y miseria.
Pedro de Céspedes (96 años) alegó que le «gustaría ir allí y arreglar todo». El ingeniero retirado se exilió primeramente en México en el año 1963, y llegó al vecino del norte 23 años después, cuando trabajaba en las Naciones Unidas, radicándose así por 5 años en New York.
Uno de los copropietarios de la Pointe, Zeus Hernández, llegó con 8 años a Miami durante los sucesos del Mariel. El cubano refirió que la instalación quiso propiciar un momento y un escenario para que sus residentes fueran parte de esta histórica ocasión, para «darles voz» porque «siempre han soñado con una Cuba libre».
Las generaciones posteriores como la de Hernández (emigradas mediante arduas travesías en balsa o a pie) y la de sus hijos (nacidos directamente en Estados Unidos) aseguran reconocer el sacrificio y la tenacidad de esos primeros cubanos que tuvieron que comenzar sus vidas desde cero en un nuevo país.
Todos concuerdan en que en la vida, «no importa qué, siempre hay esperanza».
