Los directivos de las provincias centrales de Cuba y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) se han puesto en alerta por la sucesión de 4 robos de aceite importado en contenedores que viajaban con destino a Sancti Spíritus, y 6 más a Villa Clara.
El preciado producto, que ya escasea en las tiendas estatales y se encarece cada día más en el mercado informal, se ha convertido en objetivo de muchos ladrones, revendedores y especuladores debido a la altísima demanda.
14ymedio publicó las denuncias sobre estos hurtos de mercancía en pleno traslado desde el puerto del Mariel, donde se perdieron decenas de litros de aceite para cocinar. Todos los robos han tenido en común que se han realizado antes de que el contenedor llegue su destino y han sido a pequeña escala para que el faltante no sea detectado (por lo menos, no de forma inmediata).
Siempre se ha tratado de aceite de soya, pero la situación puede escalar próximamente a mercancías de mayor calidad. Se ha constatado que los registros de los GPS de los contenedores coinciden con los reportes de los choferes, haciendo paradas entre los kilómetros 200 y 259 de la Autopista Nacional (zona recorrida entre Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara). Esas paradas rutinarias corresponden a paladares y a los llamados Conejitos (restaurantes estatales).
Los choferes han compartido la teoría de que los hurtos se han producido mientras los camiones van en pleno movimiento por la autopista. No obstante, esta explicación parece extraña tanto a expertos como a extraños en el tema.
Se debe tomar en cuenta que el transporte del producto y la seguridad de los contenedores solo pasa por 3 eslabones: el personal que despacha la mercancía en el puerto del Mariel, el conductor del camión, y el personal que recibe el contenedor en la provincia de destino.
Aunque este producto llegó de Brasil ya envasado y con la etiqueta cubana, pertenece a la marca Ecasol y usualmente se reenvasa en la empresa habanera correspondiente.
Este producto importado se traslada casi que en secreto a causa de la severa escasez que ha sufrido en el último año, pues no se tiene confianza en las empresas que se ocupan de moverlo y se trata de involucrar a la menor cantidad de trabajadores posible.
El aceite, junto al detergente y el jabón de baño, está entre las mercancías más demandadas y escasas, las cuales han vuelto a formar parte de una estricta distribución a través de la libreta de abastecimiento.
Los camiones llevan dos protecciones: un sello de plástico y un sello de botella que es de plástico por fuera y acero por dentro, el cual necesita de una tijera de porte para poder abrirse.
Teniendo en cuenta que es un contenedor de 40 pies sin espacio atrás para asumir una postura cómoda, resulta muy complicado poder abrir el sistema de seguridad del camión cuando este está en movimiento. La fuente de 14ymedio explicó que la poca cantidad que se llevan es sospechosa porque un ladrón común «no se arriesgaría por tan poco», con la media de mercancía sustraída siendo una veintena de cajas.
El contenedor número TITU991435-0 registró, el pasado 9 de junio, un faltante de 17 cajas, «equivalente a 204 pomos de un litro». Esto lo certifica un informe de la comisión de apertura del cargamento compuesta por representantes de varias empresas espirituanas, que además detalló que se detectaron «violaciones en los sellos» y la carga recibida no coincidía en cantidad con la emitida en el punto de salida.
Los anteriores períodos de escasez fueron soportados gracias a cocinar con manteca de cerdo, pero este producto actualmente ha llegado a estar incluso más perdido que el aceite vegetal, por lo que la cocina doméstica depende mucho de los aceites de girasol, soya y maíz.
La inflación y la escasez han provocado que el costo del alimento se sitúe en unos 350 Pesos Cubanos (CUP) el litro en las provincias orientales. Este importe continuará en ascenso dado que una de las fuentes suministradoras del mercado informal, la planta refinadora de aceite vegetal de Santiago de Cuba, se encuentra paralizada.
El desabastecimiento de aceite ha desencadenado que se haya registrado la semana pasada el valor de 90 CUP por la libra de manteca de cerdo en los mercados de la ciudad de Cienfuegos.
Para salir del paso, los cubanos han vuelto a tirar de aceite mineral, a freír el pellejo del pollo para extraer grasa, o a optar por otras formas de cocción de los alimentos como hervir, saltear y cocinar al vapor.


