El cantautor cubano Silvio Rodríguez criticó públicamente a cubanos exiliados que apoyan lo que denomina la «hostilidad imperial» de Estados Unidos hacia la isla.
Rodríguez hizo estas declaraciones en una entrevista concedida al periódico mexicano La Jornada. También trató asuntos relacionados con la creación musical, las misiones médicas cubanas en el extranjero, al embargo económico de Estados Unidos a Cuba, al panorama político en la isla y a la emigración cubana.
Rodríguez mencionó que el diálogo constructivo con la emigración devino luego de años de desconfianza total, y es por ello que él no considera que sea toda la diáspora la que financia los portales de prensa independiente. Sin embargo, acató que si existen «emigrantes que les guste llamarse exiliados y elijan sumarse a la hostilidad imperial».
El trovador declaró que el anticastrismo en Estados Unidos constituye un viejo negocio en el que está implicada la ultraderecha, un mercado que maneja millones de dólares anuales para patrocinar «estaciones de radio y de televisión, programas, campañas, artistas que creen en eso o que se prestan a eso».
Para Rodríguez, el Gobierno norteamericano cuenta con un aparato institucional «de proporciones ministeriales», que se encarga de supervisar el cumplimiento de la ley extraterritorial Helms-Burton, a lo que atribuye las más de 200 medidas extras que la administración Trump impuso para asfixiar a la isla.
El cantautor tampoco fue gentil hacia la gestión del mandatario Joe Biden, alegando que «prometió derogar algunas (de las medidas de Trump) y no lo ha hecho, ni siquiera atendiendo a la presión que significa la pandemia».
Rodríguez apoya la visión que establece la existencia de personas pagadas para crear el mal criterio que predomina sobre la crisis en Cuba, lo que provoca una estado de opinión internacional crítico hacia la realidad política y social de la isla.
Según Rodríguez, resulta imprescindible ejercer la autocrítica para avanzar debido a que «la vida es una construcción constante», además de señalar que cada deficiencia que Cuba no diagnostica y corrige se convierte en un argumento de sus detractores
En su blog Segunda Cita, Rodríguez pidió el pasado mayo la legalización de las protestas en el país, pues así «los escandalitos se van a acabar», en alusión a la avalancha de represión que se veía contra activistas y periodistas independientes en la capital.
El afamado trovador no hizo referencia a la represión que aqueja a quienes tienen una opinión diferente a la de las autoridades ni a la ausencia de libertad de expresión.


